Quiero hablar de la que nos va a caer a
los que hemos estado y a los que siguen estando pagando a la SS, para obtener
una sanidad digna y completa como la que hasta hace poco veníamos disfrutando.
Quienes hemos cumplido el ciclo irreversible de la vida, pensando en vivir el
tiempo que nos quede con relativa tranquilidad y sin demasiados agobios, nos
hemos llevado la desagradable sorpresa de que todos nuestros sueños se han
convertido en pura fantasía.
Nuestros “distinguidos” políticos han pensado que somos un problema y
pretenden acabar con él sin prisas y sin apenas pausas. Empezaron recortando la
paga que por derecho nos corresponde y por ello hemos perdido hasta hoy un 9% de poder adquisitivo, y ahora tenemos
que pagar los medicamentos. Cierto que esta situación se veía venir, hace unos
meses ya lo había escrito en este blog, lo que sucede es que hoy es una
realidad.
Las cosas claras: como sucede casi siempre,
en esta ocasión tampoco tenemos el apoyo de nadie, es cierto que en España
existen creo, unas cuatro organizaciones que en principio se crearon para
atender las necesidades de los mayores, lo que sucede es que las personas que
las dirigen deben tener demasiado trabajo acudiendo a las comilonas que les
ofrecen los políticos de turno. Con esto no
quiero decir que ellos se dejen comprar por un plato de lentejas, eso no,
lo que digo es que no deben querer
morder la mano que les mantiene.
Por si no es suficiente, ahora a la
vejez hay personas que se tienen que hacer empresarios. Veréis porque digo
esto: mi suegra tiene una chica extranjera que le hace las cosas de la casa yendo
dos horas un par de días a la semana, y que ahora tiene que dar de Alta en la
SS. Hasta aquí no es una cosa descabellada si no fuese porque para contratar
personal tiene que hacerse un NIF, a sus 87 años y con la paga de viudedad no
creo tenga suficiente para hacerlo, además si la chica no cotiza, le pueden
retirar el permiso de residencia en España. Hay otra posibilidad: que ella
misma, la chica, se apunte como Autónoma, pero no sé si con lo que pueda cobrar
consiga pagar las cuotas además de vivir.
Lo
que digo: otra pena más. ¡Señor qué cruz…!
En otra ocasión… ¡hablaremos del
Gobierno! Aunque mejor diría, de las mentiras del Gobierno.
Os saluda, Miguel.