jueves, 26 de octubre de 2017

ESTADO DE ALARMA POR CATALUÑA



Todavía es pronto para pronosticar el incierto futuro que le espera a los catalanes, pero sea cual fuere no será bueno, ni para Cataluña ni para el resto de España.
Por un lado tenemos un presidente, Rajoy, cobarde por naturaleza, que está completamente aterrado porque su partido y las circunstancias le obligan a aplicar contra Cataluña el célebre artículo 155 y desconoce sus consecuencias. Por la otra parte, otro presidente de menor entidad, Puigdemont, un personaje con grave tendencia paranoica, y una complicada obsesión independentista que le tiene tan estreñido que le pide desordenar un día lo dispuesto el anterior. Estos casos no serían la primera vez que se dan. La historia cuenta que los pueblos han caído varias veces en manos de perturbados mentales. Aquí pasa lo mismo, estamos en manos de unos políticos fracasados, que en vez de aportar beneficios para los ciudadanos, nos llevan a la ruina y a la miseria.
La impunidad de los políticos catalanes ha sido desarrollada con los años y protegida por el inmovilismo interesado y arbitrario de los diferentes gobiernos españoles, y ahora se sienten capaces de soliviantar al personal y quebrantar las leyes sin temor a las consecuencias. Por eso es tan complicado el tema; nadie cree que el Pp. con su corrupción repartida por todos los juzgados, hará otra cosa que no sea mandar tropas a Cataluña con el apoyo de su siervo Rivera y la colaboración de Pedro Sánchez, que dicho sea de paso, está perdiendo la poca credibilidad que puede tener por su descarada actitud de sumisión hacia Rajoy. Por lo tanto así estamos, con un partido de izquierdas aparentemente fuera de servicio, otro que se autodenomina “de izquierdas” haciéndole el juego a un partido de “derechas” presuntamente corrupto, y otro partido también de “derechas” creado exclusivamente para proteger los desmanes de la marca líder. ¿Quién da más?
La cuestión es que por culpa de estos políticos ineptos, estamos a la espera de la aplicación o no, del artículo 155 que nadie, ni el gobierno central sabe cómo aplicar, pero por si acaso, Rajoy ha dispuesto un ejército de funcionarios a las órdenes de la vicepresidenta Soraya, otro ejército de policías repartidos por la comunidad esperando órdenes del ministro del interior, y por si acaso no hay suficiente personal preparado, está acuartelado en Cataluña y alrededores, otro ejército que dirige con “mano de hierro” la ministra Cospedal García, alerta para intervenir en caso necesario que nadie quiere que suceda, o… ¿acaso si?
Me malicio que esto terminará como nos tienen acostumbrados; después de tanta parafernalia puede haber un nuevo apaño entre los independentistas y el gobierno de Rajoy, que acabará con más concesiones, más dinero y más autogobierno… y hasta otra, porque el cuento del “federalismo inclusivo” del Psoe se ve cada vez más lejano. Tuvieron oportunidad de implantarlo en varias ocasiones y no lo hicieron, así que no sigan engañando al personal con esta solución que no se cree nadie.
Queremos hechos en vez de tanta palabrería.

Saludos, Miguel.




jueves, 5 de octubre de 2017

CATALUÑA EN ESPAÑA




En estos días parece que el mundo sólo ha girado en torno a Cataluña. Todos los medios de comunicación no hablaban de otra cosa, parece como si alguien hubiera puesto en marcha la maquinaria de distracción para tener al personal ocupado con la mente fija en la cuestión catalana. Es natural que estemos preocupados por el destino  de nuestros vecinos catalanes, pero tanto de lo mismo termina por aburrir.
Más allá de esa región también han pasado cosas de las que se podía haber hablado, por ejemplo, que en el mes de septiembre subió la lista del paro en casi 30.000 personas; que en la vecina Portugal hubo elecciones municipales, donde por lo visto el partido socialista consiguió los mejores resultados de su historia. Otra noticia más cercana, fue que la Audiencia Nacional está “investigando” al señorito Gallardón por la supuesta desaparición de más de 2.700 millones de euros de fondos públicos durante su gestión en la presidencia de la comunidad de Madrid… sin embargo en España no se habla nada más que de Cataluña, y esto le viene muy bien al Pp. que debe pensar que con el asunto catalán puede lograr más votos. Esto lo digo porque en la forma de actuar estos políticos, que como siempre anteponen su interés partidista al de los españoles. Esto sucede cuando un gobierno no es consciente del lamentable ridículo que han protagonizado, al mandar a las fuerzas de seguridad del Estado a buscar urnas por la región catalana, y repartir porrazos sin control, como en los viejos tiempos.
Es vergonzoso que un partido como el Pp. que presume de “demócrata”, tache a los independentistas de mafiosos, parece como si les molestase la competencia, aunque esta vez puede que tengan razón, los partidos nacionalistas catalanes realmente parecen actuar como mafias organizadas; no respetan ley alguna vengan de donde vengan, ni aceptan las de su propio parlamento. Los partidos independentistas catalanes imitan el modelo del Pp. que en cierto modo tienen mucho en común. Además de hacerse las víctimas, justifican sus acciones junto con la propaganda y su puesta en escena, y según parece son igual de corruptos. Ninguno de ellos quiere dialogar y ambos son intransigentes. Llegado a este punto, ¿alguien puede pensar que estos personajes pueden sentarse a dialogar?
El gobierno de Rajoy ha hecho mucho daño al pueblo español. No solo ha fracturado el mercado laboral, la hucha de las pensiones, el estado del derecho, la educación, la sanidad... ha permitido la corrupción institucional de su partido, y por su carácter despótico y autoritario ha logrado enfrentar a los ciudadanos catalanes con el resto de España. Muchos entendidos en política opinan que este falso personaje no está capacitado ni para presidir una comunidad de vecinos porque tiene un don especial para crear problemas donde no los hay.
Ahora toca buscar un procedimiento legal entre todos, para calmar los ánimos en ambos bandos, que permita una convivencia nacional comprometida con la Constitución, o sea, con dialogo, libertad y respeto.


Saludos, Miguel.