lunes, 27 de mayo de 2013

ADIÓS PENSIONES... ADIÓS.


Si a estas alturas de la crisis a alguno se le escapa que España no va bien, que se ponga cuanto antes en manos de un sicólogo. Esto está peor cada día que pasa, pese a la propaganda del gobierno y sus voceros que mienten por autosugestión. La estafa financiera que estamos padeciendo, no sólo no acabará en el 2.014, sino que tiene trazas de empeorar con el tiempo. Desgraciadamente estamos tan acostumbrados a la hipocresía de Rajoy y su camarilla, que nada nos pilla por sorpresa.
Por si era poco lo que ya teníamos, ahora la Merkel ha ordenado al gobierno dar otra vuelta de tuerca a los apurados bolsillos de los españoles. Esta vez han decidido ir directamente a por los jubilados,  nuestras pensiones están seriamente en peligro, esta señora necesita asegurar que sus bankos cobren las deudas de la banka española, generadas por el rescate que Rajoy pidió para ellas. (Aquel que después tuvo la desfachatez de contarnos que nos había salido poco menos que gratis y no lo tendríamos devolver). Mentira cochina.
A ellos, los políticos, no les debe importar que los jubilados españoles pierdan el fruto de toda una vida de trabajo. Ante este despropósito, el señor Rajoy, fiel y leal servidor de los dictados alemanes, ha iniciado el recorte (ellos llaman reforma) de las pensiones, que será firme a partir del año 2.014. De manera sutil pretenden implantar una bajada efectiva de las pensiones actuales. Es decir, en la cantidad de dinero que cobramos los jubilados. Estas medidas tendrán como efecto inmediato una rebaja del 15% de las pensiones. En términos reales, el poder adquisitivo de cada pensión, al separar las pensiones del nivel de precios, perderíamos como poco dicho porcentaje.
La estrategia consiste en que año tras año nos irán reduciendo la pensión de jubilación hasta equipararla a poco menos que al subsidio estándar que recibe un parado. Para ello cuentan con la temerosa colaboración de CCOO y UGT, cuyos dirigentes se reunieron hace unos días con Rajoy en Moncloa y presumiblemente fueron presionados con rebajarles las subvenciones para obligarles a que apoyen estas medidas. Ciertamente, el contenido real de la reunión no ha transcendido… todavía.
La cuestión es que la Merkel, como todos, necesita dinero para sus bankos y, aunque Rajoy dijo con su boquita de piñón y su fácil verborrea, que “no se tocarán las pensiones”, el Plan Nacional de Reformas que el Gobierno envió a Bruselas, aprueba un ahorro anual de 4.800 millones de euros anuales y no se le ocurre otro sitio de donde sacarlos que de lo más fácil. De las pensiones. El promotor de esta “brillante” idea, no podía ser otro que el entendido y ocurrente Luis de Guindos, que plantea desvincular de por vida, la actualización de las pensiones del incremento anual del IPC. Ante esta situación tengo que añadir que si el gobierno incumple, como intenta, el llamado “Pacto de Toledo”, estaría cometiendo un acto de prevaricación penado por la Ley, donde el Tribunal Constitucional, o en su defecto el Tribunal Europeo de La Haya, tendrían mucho que decir.
Esta pandilla de políticos ineptos, intenta por todos los medios hacernos creer que el sistema de pensiones es insostenible. Sin embargo, sabemos que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social supera los 66.000 millones de euros, acumulados en los años anteriores al estallido de la crisis. Este dinero si el Gobierno lo respetase, cosa nada segura, debería garantizar, incluso si la crisis se agravara, el futuro del sistema público de pensiones. No obstante, tanto el FMI de Obama, como el BCE de la Merkel, quieren apoderarse de estos fondos para que sean controlados por sus propios bankos.  El argumento es el que ya conocemos: Hay que pagar los intereses de la deuda originada por rescates bankarios que solicitó el gobierno. Lo que suceda después les trae sin cuidado.
¡¡Lástima del pueblo gobernado por un Poder que sólo piensa en su propia subsistencia!!


Os saluda, Miguel

viernes, 17 de mayo de 2013

DE BOLONIA




Con vaselina, sin que apenas se note, se está abriendo ante nuestros ojos un completo desmantelamiento de nuestro país. Nadie duda que una parte será culpa de la mal  llamada crisis, que no es otra cosa que una gran estafa financiera provocada por banqueros encubiertos por políticos, que nos lleva a que los ciudadanos de este país luchemos entre la miseria y la adversidad con todas sus consecuencias sociales. Como quiera que sea, vivimos unos años extremadamente complicados, y en la Universidad pública hace tiempo que se está apreciando.
El aumento de las tasas de los grados y pos-grados, nos hace pensar a muchos ciudadanos sobre el futuro de la Universidad pública. Más de uno opina que el llamado “Plan Bolonia” esconde un meticuloso proyecto dirigido a convertir la universidad pública en un producto más al servicio de la propiedad privada. El catedrático de Biología Animal de la Universidad de Málaga, Ramón Muñoz Chapuli, lo definió de la siguiente manera: “Bolonia es un proceso fundamentalmente económico, no académico ni científico, promovido desde instancias políticas y asumido de forma acrítica por las autoridades académicas.”
Intentan convencernos de que la Universidad pública no se va a privatizar, que está abierta al servicio del conocimiento y de la sociedad. En cambio, debido a la escasez de presupuestos, reducen profesores, materias, investigación; recortan becas, suben el precio de las matrículas y de las residencias universitarias, desaparecen asignaturas optativas etc. De modo progresivo harán que algunos estudiantes se vayan decantando hacia la privada, aunque no sucederá lo mismo con quienes tengan rentas más bajas. Esta situación expulsará a miles de futuros alumnos del sistema público universitario.
Las privatizaciones, o las transferencias, como las llama ahora el Gobierno, pueden mejorar las maltrechas finanzas del Estado, sin embargo estamos viendo que la falta de transparencia y el ya conocido ejercicio del favoritismo partidista, puede dar lugar a un aumento de precios en el mercado que repercutirá en la cartera del consumidor final, que aún no tiene muy claro que un proceso de privatización significa que los bienes que son propiedad del Estado, (se supone que el Estado somos todos), pasan de un día para otro a pertenecer y a estar controlados, generalmente, por grandes corporaciones. Es cuestión de estrategia y de tiempo.
Posiblemente la Universidad pública española, lo mismo que otros estamentos, necesite una reforma, pero creo que no debería ser la que imponga el Pp. basada en las mentiras del señor Wert, que con su arrogante cinismo y la total ausencia de autocrítica, trata de justificar lo injustificable, cuando afirma que los recortes y reformas implantadas por decreto, no afectarían a la calidad de la educación, y estamos padeciendo la realidad. Entre otras diré que la matrícula de estudios de grado en las universidades públicas tiene un coste que oscila entre 535 y 1.200 euros por curso académico. En la privada está entre los 5.335 y 12.805 euros por curso. Además en la Universidad pública los profesores tienen la obligación de investigar, sin embargo en la privada no exigen este requisito, y que yo haya podido saber, la señora “de” Cospedal, en Castilla La Mancha, que es su feudo, también pretende privatizar 15 residencias universitarias en los campus de Cuenca, Ciudad Real y Albacete.
En consecuencia, con las privatizaciones, pese a todas las mentiras que están diciendo, habrá pérdidas de miles de estudiantes que se verán excluidos contra su voluntad de las aulas universitarias.
Ante el desmantelamiento de la educación, la sanidad, y por nuestros derechos, nadie debería permanecer callado.

Un saludo de Miguel.