Ahora
que por fin ha terminado el circo
electoral, volvemos a la cruda realidad; los medios afines al poder intentan
desviar nuestra atención hacia otro lado para seguir encubriendo actos
improcedentes del gobierno en funciones, y el interminable chorreo de corrupción
de los principales partidos, mientras nos acechan los mayores recortes
presupuestarios de nuestra historia que fueron aplazados por las elecciones y
ocultados a propósito por el gobierno de Rajoy para disimular que se acercaba el
mayor recorte desde que empezó la crisis.
Aquello de “España es otra cosa”, no solo es
un eslogan publicitario, es sencillamente inaudito que pese a la incesante corrupción
y la delincuencia institucional que ha existido en todas las comunidades donde hay
políticos y empresarios colaboracionistas del gobierno imputados, acompañados del
evidente desprecio de la mayoría de los españoles y pese a todas las
previsiones, los genoveses hayan ganado escaños en tan solo unos meses. Después
de todo, aun tenemos que agradecer que durante la campaña electoral no salieran
nuevos casos de corrupción ni más conversaciones grabadas “casualmente” en la
intimidad de algún despacho ministerial, si esto hubiera sucedido seguramente hubieran
obtenido mayoría absoluta. Al menos reconozcamos que nadie como los genoveses
está preparado para alterar las leyes que ellos mismos nos imponen. He oído
decir en voz baja por temor a la Ley Mordaza, que es algo sospechoso, pese a
las encuestas que predecían lo contrario, que el Pp. haya logrado conseguir
mayoría de votos precisamente en todas las comunidades donde ha habido más
casos de corrupción. Llegado a este punto podemos preguntarnos… ¿ha
sido debido al voto del miedo, o es que tantos han colaborado en el reparto que
temen quedarse sin la parte de la tarta que les corresponde?
Esto
no sucede con el votante de izquierdas que suele votar con más voluntad que
cabeza. Ocurre que cuando los personajes electos no son de su agrado, o
simplemente no les convence el mercadeo mediático pre-electoral, como castigo no
se molestan en ir a las urnas. Esta situación puede darse también porque no han
asimilado las nuevas opciones políticas, extrañas a la situación real de la
clase trabajadora castigada duramente por la crisis. En esta ocasión puede ser
posible que hayan pensado que da igual quien gobierne, puesto que sea quien sea el
ocupante de la Moncloa no tendrá más remedio que obedecer las órdenes que
vengan de la UE o del FMI que nunca serán buenas para los españoles.
Dicen
algunos “expertos” en sus intervenciones en los diarios digitales, que en estas
últimas elecciones han sucedido algunas anomalías que no encajan correctamente
en el natural trámite electoral, puesto que no es lógico ni normal, que por
causas achacables a las múltiples trabas burocráticas establecidas por el
Gobierno para poder ejercer el voto por correo, tan solo hayan podido votar
el 5% de los españoles que se vieron
forzados a emigrar a otros países. Aunque más extraño me parece que ningún
político en la oposición haya levantado la voz para denunciarlo, y más increíble
es aún que el ministro ese que al parecer conspiraba en Cataluña, hubiera concedido
a dedo y sin oposición, que el escrutinio electoral final lo realizara la
empresa Indra, que está oficialmente denunciada por su pertenencia en la trama
Púnica. Si esto fuese cierto, no sería de extrañar el tremendo batacazo que sufrieron
todas las encuestas en sus valoraciones.
En
fin, los españoles hemos hecho el trabajo democrático que nos correspondía con las
urnas, ahora el turno es de los políticos. Ya hemos demostrado al mundo que
España tiene los políticos que merece.
Saludos,
Miguel.
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