martes, 5 de julio de 2016

EL VOTO DEL MIEDO


Ahora que por  fin ha terminado el circo electoral, volvemos a la cruda realidad; los medios afines al poder intentan desviar nuestra atención hacia otro lado para seguir encubriendo actos improcedentes del gobierno en funciones, y el interminable chorreo de corrupción de los principales partidos, mientras nos acechan los mayores recortes presupuestarios de nuestra historia que fueron aplazados por las elecciones y ocultados a propósito por el gobierno de Rajoy para disimular que se acercaba el mayor recorte desde que empezó la crisis.
Aquello de “España es otra cosa”, no solo es un eslogan publicitario, es sencillamente inaudito que pese a la incesante corrupción y la delincuencia institucional que ha existido en todas las comunidades donde hay políticos y empresarios colaboracionistas del gobierno imputados, acompañados del evidente desprecio de la mayoría de los españoles y pese a todas las previsiones, los genoveses hayan ganado escaños en tan solo unos meses. Después de todo, aun tenemos que agradecer que durante la campaña electoral no salieran nuevos casos de corrupción ni más conversaciones grabadas “casualmente” en la intimidad de algún despacho ministerial, si esto hubiera sucedido seguramente hubieran obtenido mayoría absoluta. Al menos reconozcamos que nadie como los genoveses está preparado para alterar las leyes que ellos mismos nos imponen. He oído decir en voz baja por temor a la Ley Mordaza, que es algo sospechoso, pese a las encuestas que predecían lo contrario, que el Pp. haya logrado conseguir mayoría de votos precisamente en todas las comunidades donde ha habido más casos de corrupción. Llegado a este punto podemos preguntarnos… ¿ha sido debido al voto del miedo, o es que tantos han colaborado en el reparto que temen quedarse sin la parte de la tarta que les corresponde?
Esto no sucede con el votante de izquierdas que suele votar con más voluntad que cabeza. Ocurre que cuando los personajes electos no son de su agrado, o simplemente no les convence el mercadeo mediático pre-electoral, como castigo no se molestan en ir a las urnas. Esta situación puede darse también porque no han asimilado las nuevas opciones políticas, extrañas a la situación real de la clase trabajadora castigada duramente por la crisis. En esta ocasión puede ser posible que hayan pensado que da igual quien gobierne, puesto que sea quien sea el ocupante de la Moncloa no tendrá más remedio que obedecer las órdenes que vengan de la UE o del FMI que nunca serán buenas para los españoles.
Dicen algunos “expertos” en sus intervenciones en los diarios digitales, que en estas últimas elecciones han sucedido algunas anomalías que no encajan correctamente en el natural trámite electoral, puesto que no es lógico ni normal, que por causas achacables a las múltiples trabas burocráticas establecidas por el Gobierno para poder ejercer el voto por correo, tan solo  hayan podido votar el 5% de los españoles que se vieron forzados a emigrar a otros países. Aunque más extraño me parece que ningún político en la oposición haya levantado la voz para denunciarlo, y más increíble es aún que el ministro ese que al parecer conspiraba en Cataluña, hubiera concedido a dedo y sin oposición, que el escrutinio electoral final lo realizara la empresa Indra, que está oficialmente denunciada por su pertenencia en la trama Púnica. Si esto fuese cierto, no sería de extrañar el tremendo batacazo que sufrieron todas las encuestas en sus valoraciones.
En fin, los españoles hemos hecho el trabajo democrático que nos correspondía con las urnas, ahora el turno es de los políticos. Ya hemos demostrado al mundo que España tiene los políticos que merece.

Saludos, Miguel.






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