viernes, 29 de julio de 2016

RAJOY SI O NO


Rajoy sí o no.

Ya van seis y la cuenta aún no se ha detenido. Seis meses con un gobierno en funciones que no desempeña función alguna, ni ellos ni tampoco la oposición. Es como si estuvieran en el paro, pero recogiendo sus ganancias. Esta inmoralidad institucional, a mi entender, tiene mal arreglo porque los líderes de los partidos en liza solo piensan en barrer para dentro buscando sus propios intereses sin importarles lo más mínimo el bien de España ni el de los españoles.
Como es común en él, Rajoy manipula, coacciona, amaga, y trata de disimular su cobardía detrás de su máscara de insensible impunidad, mientras sus voceros nos recitan que trabaja muy intensa y discretamente”. Amenaza con llevarnos a unas terceras elecciones pensando tal vez que el cansancio de los votantes impida acercarse a las urnas. Saben que estas circunstancias no se darían nunca con los votantes incondicionales del Pp. que siguen fanáticamente las consignas de sus líderes. De esta forma lograría sin esfuerzo la mayoría que necesita para cumplir con su obsesivo deseo: volver a sentarse en su cómodo sillón en la Moncloa. Sin embargo puede darse el caso que se invierta la tendencia alcista de la casta genovesa, y fuesen los votantes contrarios los que, asqueados de tanta maniobra hipócrita y fascista, quienes recuperasen los votos desperdigados entre otras opciones, para finalmente conseguir un gobierno más o menos democrático y mandar a los genoveses al lugar donde se merecen y que por el bien de España nunca debieron salir.
Uno de los asuntos más trascendentes en este estado de parálisis gubernativa que podría desatascar el actual período de crisis institucional que tiene secuestrado al país, sería reformar la Constitución en los capítulos que hacen referencia al sistema electoral y establecer de una vez por todas una segunda vuelta como tienen la mayoría de los países europeos, listas abiertas, y que el voto de cada persona tenga el mismo valor en Cuenca que en Zaragoza. No puede ser democrático que para conseguir un escaño en Soria sean necesarios 40.000 votos, y sin embargo en Vizcaya 100 votos son suficientes para conseguir el mismo escaño. Si algo no debemos tolerar es ir a las urnas cada seis meses porque los resultados no contentan a ningún partido.
Este bloqueo de intereses partidistas debería ser corregido por el Rey a través de un Real Decreto. En circunstancias como la actual, donde los partidos políticos son incapaces de llegar a un acuerdo, el Rey debería establecer qué partido es el más idóneo para gobernar en determinados casos. Aunque me temo que esta reflexión no es posible sin modificar la Constitución, y para ello sería necesaria la aprobación de dos tercios de las cámaras, (Congreso y Senado) y me malicio que los señores diputados no están por la labor.
Yo plantearía otra sencilla solución para desatascar el procedimiento: imitar el sistema que utiliza el Vaticano para elegir Papa. Encerrar a todos los diputados en el Congreso, y no dejarles salir hasta que lleguen a un compromiso serio y unánime.
Más sensata me parece la idea expuesta por la diputada canaria Ana Oramas para  tratar de desbloquear la situación: la “abstención activa”. Se trataría de la abstención masiva de todos los diputados de la Cámara en la primera votación para la investidura de Rajoy. Esta original propuesta obligaría al Pp. a  gobernar en minoría, y forzaría a su gobierno para negociar cada uno de los proyectos que quiera establecer durante el tiempo que durase su legislatura. Sería una buena jugada.
Para terminar diré que en España faltan muchas cosas, pero si algo sobra son falsos líderes y políticos oportunistas y corruptos. Faltan auténticos políticos con probada visión de estado, y un mínimo ejercicio de responsabilidad para desbloquear esta obstinada situación que no conduce a ningún sitio.


Saludos, Miguel.

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