viernes, 30 de noviembre de 2018

LA POLÍTICA EN PELIGRO



                A mi entender, la política española anda algo “desmadrada”. Por una parte, los “naranjitos” de Rivera esperan que los “genoveses” de Casado tengan un mal resultado en Andalucía, y no parece que den demasiada importancia a la intrusión de los “voxeros” de Abascal que reclaman parte de la tarta. A río revuelto… pudiera ser que tanto los independentistas, los “podemitas” y los “sociatas”, unirían sus fuerzas para impedir el avance de los ultras en el camino de la Moncloa, porque si esto sucediera, el señorito Casado tendría el más tremendo batacazo de su carrera política, que pudiera alcanzar de rebote a su “oponente” Rivera, que aún estando ambos en contra de los populismos, no dejan de utilizar los mismos métodos populistas que todos los demás.
         El popular Casado, cultiva cierta “hermandad” con su padrino, el señor Aznar, pensando tal vez utilizar sus “sabios consejos”, y olvida que las descalificaciones continuas de este personaje a sus adversarios políticos no le favorecieron nunca, como tampoco lo hicieron sus pésimas decisiones, por ejemplo recordemos que Aznar, como presidente de España, y para calmar su propio ego, consintió que nuestro país fuese uno de los invasores de Irak, con la excusa de las armas de destrucción masiva. Mintió al país cuando el accidente del Yak-42. Mintió cuando el accidente del petrolero Prestige culpando al capitán. Durante su mandato indultó a todos los corruptos de su bando, al ritmo de dos indultos por día. El señorito Aznar fue quien ordenó a los medios de comunicación del Estado, para que dijeran que había sido ETA quienes habían atentado el 11-M. En fin, ¿qué podemos esperar de una persona de esa calaña, que además, casi todos los invitados a la boda de su hija están en la cárcel o a punto de entrar, acusados por corrupción?
         Al parecer existe un oscuro episodio en la vida política de Casado que su partido pretende ocultar para evitar que transcienda. Según he podido leer en algún medio digital, en sus principios en la política genovesa, fue algo así como la mano derecha de Aznar en los negocios sucios que llevó a cabo con el dictador libio Gadafi, donde según dicen, Aznar negoció con la constructora Abengoa, obtener una comisión del 1% de cada obra pública que consiguiera en Libia, y al parecer, en ese mismo contrato figura Pablo Casado como “persona de contacto” para cualquier consulta sobre el tema.
En fin, que nada cambia en el horizonte político español, y todo viene por la absoluta falta de formación y criterio de estado de nuestros líderes políticos. Quiero decir que les falta mucha formación política, y les sobran todas las titulaciones académicas conferidas por obra, gracia y poder de sus respectivos padrinos.

Saludos, Miguel.

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