Éramos muchos los españoles que aún
creíamos que, puesto que los políticos nos enseñaron que ninguno de ellos es de
fiar, lo único que nos quedaba era confiar en la justicia, mejor dicho, en las
personas que la integran, o sea, los jueces. Sin embargo hace tiempo que los
hechos nos demuestran que tampoco en ellos debemos confiar. Bueno en todos no,
por supuesto. Todavía queda alguno como por ejemplo el juez Bermúdez. Un juez
independiente y nada cómodo para el Pp. que es capaz de enfrentarse al Fiscal General del Estado que está bajo
las órdenes directas del Ministro del ramo, señor Gallardón, y algún que otro
juez independiente quedará por ahí capaces de tomar sus propias decisiones.
Todos los demás están muy politizados, en la actualidad, demasiado cercanos a
las ideas conservadoras del Pp. que ahora es quien manda.
En este estado de “desmadre a la española”, el asunto cada vez está más complicado
porque a los servicios jurídicos del Pp. les interesa distraer la atención del
personal, removiendo constantemente el cieno con la finalidad de repartirlo
entre todos, y que al final del proceso hayan prescrito la mayoría de las
acusaciones. Como siempre. Aunque deseado, no podemos esperar nada espectacular
sobre el final del caso Gurtel, creo que es una misión poco más que imposible,
tanto como encontrar un político honrado en el Congreso.
Es vergonzoso observar la presión que
ejercen los conservadores sobre el juez Ruz al que le deben llover bofetadas
por todos los lados, no olvidemos que Pablo Ruz es el juez que sustituyó a
Garzón y ocupa temporalmente su puesto hasta el próximo mes de septiembre. Aquí
se nota la mano negra del gobierno maniobrando entre bambalinas. El pobre juez Ruz
se encuentra entre “la espada y la
pared”, que decimos en mi tierra; por un lado ha tratado de esquivar la
presión del fiscal General, mandando como sabemos por Gallardón, primero,
rechazando la investigación de los papeles de Bárcenas, y después de la
acusación presentada por IU, se vino atrás corrigiéndose a sí mismo bloqueando con
su actitud el resto de las denuncias, paralizando de esa forma cualquier otra
investigación del caso que no pasase por su juzgado. Contando, claro está, con
la valiosa colaboración de la fiscalía. Con esta jugada pretendían ocultar los
papeles de Bárcenas que ahora están en el juzgado del juez Bermúdez, bajo los 700.000 folios que componen la trama Gurtel que, no
olvidemos, siguen bajo la instrucción de un juez interino cuyo destino está en
manos del CGPJ, donde la mayoría de los magistrados que lo componen fueron designados
por el Pp. por lo tanto la carrera
judicial de este juez, dependerá de él mismo, de sus decisiones y su coraje, de lo contrario...
¿Comprendéis
la jugada?
En septiembre que es cuando dejará la
plaza el juez Ruz, le corresponde tomar posesión de ella al juez Miguel
Carmona, que en la actualidad es vocal del Poder Judicial. Yo particularmente no pongo en duda la independencia de este
juez, por ahora, aunque opino que para
cuando este juez se haga cargo de los papeles de la trama Gurtel, y haya asimilado
la letra y música de los 700.000 folios del sumario, la mayoría de los delitos
habrán prescrito, para satisfacción, alegría y regocijo de la familia genovesa.
Ya no vale decir que los políticos son
corruptos. Que la justicia no funciona porque está al servicio del PODER, como lo está la Iglesia. Que la
Democracia como tal no existe. Esto ya no vale porque lo cierto es que el mismo Sistema es quien está putrefacto.
Aquí solo vale una acción; o entre todos lo cambiamos, o esta situación nos
hundirá aún más en nuestra propia cobardía.
Mientras esto sucede, la cúpula del Pp. vive acojonada, el gobierno de maniobras con los jueces, tratando de ocultar pruebas
y comprando testimonios… Rajoy temblando, y la oposición perdida en los
misteriosos contubernios judeo-masónicos de Rubalcaba.
¿Quién
nos gobierna?
Os saluda, Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.