viernes, 5 de abril de 2013

¿IMPUTADA?




         No tengo más remedio que censurar una vez más y tantas veces como me sea posible, las insolentes manipulaciones que el partido de los genoveses hace con los organismos nacionales, y además tengan la insolencia de insinuar que lo hacen por el bien de España y los españoles.
A estas alturas resulta cuando menos increíble que un juez haya tenido el suficiente valor para incriminar a la Infanta Cristina en la misma causa que está investigado a su consorte. Tampoco tengo muy claro los motivos porque a mi juicio, éstos varían poco de los que había hace un año, y como nos tienen acostumbrados a pensar mal de ellos, cabe preguntarse si esta imputación se hace para acusarla realmente, o se trata de una simple farsa creada exclusivamente con la finalidad de desviar sospechas para siempre. En cualquier caso y como la justicia, por mucho que nos quieran decir no es la misma para todos, la Infanta podrá dormir tranquila y disfrutar de los millones escamoteados por su marido. Las cosas están como están y esta situación a nadie debería extrañar.
Tampoco puede sorprendernos la manipulación arbitraria que el Gobierno hace con las instituciones. Tanto es así que más de uno tiene la sensación que éstas forman parte de su propiedad particular, con el consentimiento del resto de los partidos que parecen tener miedo de oponerse seriamente a sus desmanes. En este caso pretenden utilizar la Fiscalía Anticorrupción como si fuera un despacho de abogados contratados para tramitar la inmunidad de la Casa Real, escudándose detrás de una mayoría que en su día tuvieron, y ahora carecen. Después tratarán nuevamente, de engañarnos contándonos historias sobre la independencia judicial que no respetan porque el gobierno a espaldas del pueblo, manipula; extorsiona, chantajea, o dañan la imagen de  quienes no acata sus órdenes. Cualquier método es bueno con tal de conseguir su propósito.
Éramos muchos quienes hasta ahora creíamos que la labor de los fiscales era la de buscar pruebas para acusar a los delincuentes, en cambio hoy, siguiendo las instrucciones totalitarias del ministro de turno a quien el prestigio de la institución le debe mantener al pairo, la fiscalía se dedica a obstaculizar la gestión de la justicia descaradamente. Si finalmente es retirada la imputación de la Infanta, la fiscalía anticorrupción caería en un flagrante delito de prevaricación, pero esto a ellos les trae sin cuidado. España, en el extranjero, está dando la imagen de soportar el peor gobierno fascista de la historia de la Democracia. A partir de hoy… ¿quién va a creer en España y en sus instituciones?
Como es natural, debe haber fiscales honrados, seguramente tantos como jueces, y que deben sentirse íntimamente avergonzados por tener que soportar un jefe con claras tendencias ultraderechistas que pretende obstaculizar la investigación de la justicia en vez de dedicarse a limpiar el país de tantísima gente corrupta, porque nadie ignora que aquí hay muchos políticos acusados de corrupción, aunque hasta hoy ninguno está en la cárcel. ¿Cómo estos políticos pueden caer tan bajo siendo como dicen ser, fieles seguidores de la iglesia católica, la cual predica justo lo contrario?
Como  conclusión un pensamiento: Conocer el pasado de un país es la única forma de entender el presente y de intuir el futuro”.

Saludos de Miguel

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