EL SALARIO DEL MIEDO

En el mundo desarrollado que conocemos en relación a los métodos para la aplicación de la justicia, siempre ha estado distribuido en varios grupos, dependiendo de la clase social del individuo. Esto no es una cuestión actual, porque hace siglos existían Bandos o Pragmáticas Reales que prohibían determinadas actuaciones con penas que podían alcanzar seis o más años de prisión, tanto para la nobleza como para el plebeyo que infringía la Ley. Sin embargo, aquí entra la opinión del juez dependiendo de la demanda del momento, para un mismo delito únicamente eran los nobles quienes iban a la cárcel, en cambio serían los vasallos quienes cumplían esos mismos años en galeras.

         Después de muchos años de lucha por una justicia imparcial sigue habiendo las mismas diferencias, porque eso de que “la justicia es la misma para todos” o “la justicia es ciega” es una falacia en la que nadie cree. Lo cierto es que hay una justicia obediente para individuos con poder: empresarios, banqueros, políticos, clero, sin olvidar la todopoderosa Casa Real, que también… y otra justicia seria y contundente para los demás.

Por lo tanto entiendo que no existen dudas para creer que tanto jueces como fiscales, bailan al son del pandero que tocan los gobernantes de turno. Es la genuina “Marca España” de hoy, en una mano la pandereta y con la otra pidiendo justicia con el puño y los dientes apretados.

Según la prensa libre, nos han gobernado y nos gobiernan los políticos más corruptos de la democracia española. Dicen que tanto montan Pp&Psoe, que los matrimonios bien avenidos: son cómplices en lo bueno, en lo malo, y en lo peor. Se protegen unos a los otros para evitar como sea el ingreso en la cárcel; hoy por ti, y mañana por mí… con el beneplácito de jueces y fiscales, la bendición del clero y el perdón de la corona, que al final son los verdaderos protagonistas de esta terrible situación porque con su actitud y su mal hacer han hecho del salario del miedo su modo de vida. Mientras ellos estén bien… ¿cómo van a morder la mano de quien les da de comer?

No podemos dudar que en España, la corrupción esté extendida a todos los niveles. Todo viene porque la justicia está sometida al poder y no cumple con su deber, de lo contrario Rajoy no podría encubrir por más tiempo su impunidad. El “Caso Bárcenas” es un golpe bajo a la honestidad, y los miembros de su clan, unos “presuntos” delincuentes. De hecho, muchos gobernantes autonómicos de su partido tienen causas pendientes con la justicia, sólo en la Comunidad Valenciana ya superan los 100 imputados por casos de corrupción. No obstante, como disponen de excelentes recursos económicos, aunque sea en dinero “B”, y ejercen tan formidable presión sobre la justicia, que veremos cómo con el paso del tiempo todo quedará reducido a nada.

No solo son Pp&Pesoe quienes meten la mano en la caja, ahí tenemos el “nido de víboras” andaluz que va a terminar con el sindicato UGT de esa comunidad, y veremos si no salpica también a CCOO.

 Si no “queremos caldo”, dejemos la “alta política” y fijemos nuestra mirada en la política de “andar por casa”, por aquí también veríamos que el virus de la corrupción está bien enraizado. Al parecer hay más de 8.000 municipios con alcaldes de todos los partidos, repartidos por la geografía española que están imputados, bien sea por prevaricación; por malversación de caudales públicos, por fraude, o por tráfico de influencias. Como antes dije: la “Marca España”.

Por mucho que los políticos nos quieran falsear lo evidente, hay algo que no podrán evitar, que a poco que pensemos y ligando todos estos embrollos judiciales, los ciudadanos que sufrimos sus sucios manejos sacaremos nuestras propias conclusiones: Que estamos en manos de políticos corruptos, porque ellos mismos han hecho que la corrupción forme parte de sus propias vidas.

Sea como quiera que sea, los hechos están ahí. Ahora falta que algún juez con agallas pueda, quiera, o le dejen actuar, y que algún fiscal con honestidad y solvencia desee colaborar, pero… ¿quién se atreve a poner los cascabeles al gato?

Saludos de un escéptico Miguel.