Valientes miserables
Pienso que debería estar penalizado que
un político mienta al pueblo con la desfachatez que acostumbran los altos
cargos del Gobierno. Los españolitos que contribuimos con nuestros impuestos a
mantener, entre otros a la casta política, nos
quedamos sin palabras para describir la repugnancia que nos provoca tanta
corrupción y tanta falsedad. ¿Cuántas
pruebas son necesarias para que los jueces admitan de una puñetera vez que la
mayoría de los miembros del clan de la gaviota están metidos hasta el cuello en
la trama corrupta de la Gurtel? Ya está bien de marear la perdiz, queremos
que se haga justicia ¡¡Ya!!
En cualquier país de Europa, cuando un
político en activo es, no acusado, sino sospechoso de corrupción, dimite al
instante, y además jamás sería candidato en unas elecciones. Aquí, sin
embargo, las listas electorales de los partidos con opciones, están repletas de
políticos procesados o sospechosos de corrupción, que la gente fanática no
dudará en darles su voto. Es como si el daño que causan no les afectara.
La emperatriz del cortijo manchego, la
señora “de” Cospedal García, por
mucho que pretenda despistar al personal con su arrogante cinismo, según las
declaraciones de Bárcenas, está metida de lleno en la trama corrupta, como lo demuestra
el cobro de los 200.000 euros en su
comunidad por una comisión a cambio de la adjudicación de una contrata
municipal en el ayuntamiento de Toledo, que ella utilizó para financiar su
propia campaña electoral, y cuyos recibos están en poder del juez Ruz. Esta
señora debería ser la primera en salir del Pp.,
no en simulado ni en diferido, sino realmente, y además repudiada por los
suyos, para evitar que los perjuicios lógicos derivados de su pésima gestión
salpiquen la imagen de “honestidad”
que pretende aparentar su partido político. La vida es dura, señora “de” Cospedal y aprender de nuestros
propios errores es de personas inteligentes, reconózcalo. A pesar de todo esta rica dama no debe conocer el significado de la
palabra vergüenza ni moral. Si le quedara un mínimo de honradez y decencia,
(esas mismas virtudes de las que tanto presume y que sin embargo carece), ya
habría dimitido. ¿Cómo puede pretender
que creamos en su palabra más que en la de su antiguo socio Bárcenas si no lo merece? Hace
tiempo que se le cayó la careta, señora.
En los años que llevamos de “democracia” hemos tenido varios
gobiernos, pero ninguno de ellos supera a este de embustero, repugnante y
sinvergüenza, por mucho que lo intenten encubrir sus bien pagados voceros. Nunca un gobierno ha dicho tantas
mentiras en tan poco tiempo. Espero y deseo que cuando finalmente caiga
Bárcenas vayan todos tras él, en cadena y encadenados, aunque seguramente todo
quedará en nada. Explicarán que jamás existió relación alguna con él, y que
sólo hubo una “simulación en diferido”.
Que jamás hubo contabilidad “B” en
el Pp. ¡faltaba más!, que los famosos papeles tan sólo fueron unas desafortunadas
“anotaciones irregulares”… vamos, que
no es cierto que en el Pp. hubiese
sobres con sobresueldos sino un lógico “pago
de dietas atrasadas”.
¿Queda
algún artículo del código penal que no haya infringido el Pp.?
Durante más de 20 años este partido se
ha dedicado a delinquir, al fraude, al cohecho, a la corrupción y a la evasión
de capitales de muy dudosa procedencia, sin embargo tanto jueces como
fiscales les doran la píldora. ¿Alguien da más?
Hace algún tiempo que en el país vecino
hubo una “Revolución de los claveles”.
Aquí nos conformaríamos con que hubiese la
“Revolución de los capullos”.
Yo pregunto. ¿Podemos pedir a Bruselas que nos rescaten de tanto miserable corrupto?
Saludos, Miguel.
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