martes, 29 de julio de 2014

CALOR ESTIVAL



En este momento, cuando muchas personas disfrutan de unas merecidas vacaciones tostándose al sol tumbados en la arena, en la otra orilla del Mediterráneo, frente a ellos, exactamente entre Israel y Palestina, se encuentra la línea fronteriza y la población de Gaza, donde sobreviven miles de palestinos que cuentan a sus muertos por docenas; hombres, mujeres y niños llenos de vida, están siendo masacrados sin que la “civilizada” comunidad occidental intervenga en el eterno conflicto Judío-Palestino. Al parecer ningún país se encuentra capacitado para exigirles que pongan fin a tan injusta situación. Incluso el todopoderoso Tío Sam mira hacia otro lado porque una hipotética intervención dañaría sus intereses, (no hay que olvidar que Israel actúa como vanguardia de USA en Oriente).
Según parece, ninguna de las partes en la disputa se detiene a reflexionar la posibilidad de convivir conjuntamente con el vecino respetando su religión, sus creencias y su modo de vida, para poder gozar después de tantos años de lucha de una paz auténtica y real. Cualquier intento que no vaya en la dirección de un diálogo efectivo donde no haya vencidos ni vencedores, estará condenado al fracaso. Toda la lucha viene desde tiempos remotos porque las dos partes creen tener derecho a la propiedad de aquellas tierras. Los judíos, (hebreos, israelitas, semitas y sionistas), dicen tener derecho a vivir en Palestina desde el año 1.600 a.C., que fue cuando Abrahán llegó a Mesopotamia. En cambio los árabes, (musulmanes, islámicos, palestinos, no los mahometanos), ocupan de hecho Palestina desde el siglo VIII d.C., y hasta hoy nadie ha sabido, o querido  poner fin a la trifulca porque hay por medio muchos intereses, entre ellos España que vende armas a Israel, como tampoco creo que a los políticos les importe demasiado un muerto más o menos. Por lo tanto, mientras ninguno de los contendientes entre en razones, seguirán llenándose las tumbas de personas por lo general inocentes, que son descaradamente manipuladas desde la infancia para defender los intereses de los mercaderes de armas que estimulan el odio racial en este angustioso conflicto.
De vuelta a nuestro país, tengo que decir que el clero, con su doble moral, intenta hostigar a sus propios fundamentalistas para que organicen una nueva cruzada “Por Dios por la Patria y el Rey”. Algunos curas incitan a la parroquia desde el púlpito, a un “Alzamiento Nazional de Liberación” con evidente nostalgia del pasado. Aseguran que la crisis que por desgracia padecemos, “… no es económica ni política, se trata de una crisis espiritual”. ¿Acaso querrán decir que son los espíritus quien nos quita el pan de la boca? ¡Señor qué cruz!
Ya sabíamos de la desfachatez miserable de nuestros gobernantes, sin embargo cada día que pasa, se superan a sí mismos. Ahora están vendiendo a sus amiguetes bancos rescatados con dinero público, el nuestro, a precio de saldo. Con esta política servil, buscan su propia seguridad a nuestra costa. Hasta hoy con estas ventas poco transparentes, hemos perdido 6.500  millones de euros que nos costó el rescate, más otros 25 milloncejos del diferencial bancario originado por la venta a la baja.
Siguiendo la tradición, el singular ministro Soria, (otro que tal baila), nos quiere amargar las vacaciones. Vuelve a amenazarnos con otra inminente subida en la tarifa eléctrica. Es vergonzosa la insolencia que tienen los miembros de la casta fascista para desviar dinero público hacia las arcas privadas. Con una mano se dan golpes de pecho, mientras que con la otra firman decretos para rebajar los presupuestos de las personas con dependencia; para la sanidad pública y para los comedores infantiles.
Estoy seguro que a no tardar, conseguiremos cambiar esta situación. ¿Podemos?


Saludos, Miguel.

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