Ahora que Rodrigo Rato tiene un pie en
la cárcel nos preguntamos por qué este señor de apariencia respetable, pudo
llevar a cabo y durante tanto tiempo una mentira tan exageradamente grande, con
el beneplácito de todas las instituciones, entre las que se encuentra el
todopoderoso Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores,
donde se supone que trabajan técnicos altamente cualificados pagados con altos
sueldos y por lo que vemos, con poca o ninguna responsabilidad. Este mismo
sujeto siempre pregonó que estudió economía, sin embargo ahora hemos conocido
que se trata de otra de sus mentiras, pues al parecer, sólo es Licenciado en
Derecho.
Del mismo modo nos preguntamos cómo un
tipejo con sus antecedentes pudo llegar nada menos que a Ministro de Economía y con aspiraciones a gobernar el país. De la
mano de su amigo y camarada José Mari, llegó a Vicepresidente del Gobierno, fue director del Fondo Monetario Internacional y por último Presidente de Bankia. Me malicio que quienes pusieron al lobo a
cuidar del ganado, sin duda sabían a quién fichaban, y no fue porque Rato necesitara
de la política para llevar una vida de lujo y opulencia, sin embargo, para este
miserable personaje, el ansia de poder y manejar a su antojo vidas y haciendas
debe ser como un complemento, como una droga.
Dice un refrán popular que “de casta le viene al galgo”. Creíamos
que descendía de una familia de alta cuna y a poco que hemos buscado, nos encontramos lo que esconden bajo la cama.
Una familia donde la integridad y la honradez brillan por su ausencia porque su
padre, su tío y su hermano también hicieron de las suyas. Aunque tal vez ya la
conoceréis, trataré de resumir una larga historia:
“El padre de este individuo, entre otras
empresas, fue propietario de varios bancos pero su ambición le llevó a crear
una organización clandestina en Madrid con la única finalidad de evadir dinero
a Suiza bajo la cobertura del Banco de
Siero que era una de sus propiedades. Para ello fundó una sucursal de su
banco, en Ginebra con el nombre de Banque
Siera. Pero lo pillaron.
En el año 1.966, en plena dictadura franquista, fue juzgado y condenado por
el Juzgado Especial de Delitos
Monetarios bajo la acusación de “contrabando
monetario”, a 4 años de prisión
y a pagar dos multas que alcanzaron la cantidad de 176 millones de aquellas pesetas por evadir dinero a Suiza dejando
dos bancos en quiebra. Su hermano también fue condenado a dos años de cárcel y
pagar 44 millones de pesetas. Por
último, a su tío también le multaron con 5
millones de pesetas por complicidad. La noticia de las quiebras del Banco
de Siero y el Murciano, le llegó a don Ramón estando en la cárcel de
Carabanchel, mas no perdió el tiempo. Desde la prisión, y antes de partir hacia
la cárcel de Almería donde terminaría su condena, se puso en contacto con su
amigo y colega del Opus, el “insigne” empresario jerezano José María Ruiz
Mateos, que le compró ambos bancos”.
Otro Rato, don Rodrigo, según dicen no
llegó a tener el título de economista, pero no cabe duda que es un especialista
en el maquillaje contable, la especulación, el fraude y el robo a gran escala,
y como actor sabe dominar como nadie la escena y moverse entre los suyos con la
arrogancia que da el poder. Pretendió ser como su amigo Botín pero se le daba
mejor el teatro que las finanzas. Como Ministro de Economía con Aznar, sentó
las bases de la especulación y el “pelotazo”. No obstante, supo evolucionar con
el tiempo: su padre consiguió hundir dos bancos en trece años y él para hundir
Bankia sólo necesitó dos.
A pesar de pertenecer a una familia
adinerada, su obsesión por el dinero corresponde a una mente enfermiza que se pudo
desarrollar en Caja Madrid y terminaría
de aumentar en Bankia, su ego desbocado no le dejó ver que se avecinaba un
estrepitoso fracaso como le sucedió durante su estancia por el FMI. Tanto fue así que el propio
organismo mundial elaboró un informe sobre su gestión asegurando que… “fue
incapaz de anticipar la crisis por lo que no pudo advertir a tiempo a los Estados
miembros”.
Como el tiempo suele poner las cosas en
el lugar que les corresponde, ahora que este siniestro personaje estaba a punto
de retirarse con todos los “honores” y sin pagar las consecuencias de su
desastrosa gestión, ha sido descubierto. El
deshonor, su prestigio y el de su familia han caído por los suelos. Aún así
me parece increíble que nadie antes se haya atrevido a publicar los oscuros orígenes
de una persona que estuvo cerca de sentarse en el sillón de la Moncloa. (Según he podido saber, si ningún
medio se atrevió a publicar nada en su contra se debe a la compra de
voluntades, la extorsión, el chantaje y las amenazas).
Mirando
estas cosas con frialdad, nos damos cuenta que estamos en manos de una poderosa
casta de ratas de alcantarilla metidas a políticos, unos ladrones que hacen
fortuna robando al pueblo, sin ética ni vergüenza aunque presuman de descendencia
familiar, y que si nadie pone remedio a su arrogante impunidad, tampoco pagarán
las consecuencias.
Acabaré con una reflexión:
“El cinismo de esta gentuza solo es
comparable a la de sus partidarios”.
Saludos, Miguel.
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