lunes, 9 de noviembre de 2015

MOSQUEO DE CIUDADANOS




Algunos españoles somos desconfiados, creo yo, debido a los muchos acontecimientos por donde hemos pasado desde más allá de donde puede alcanzar nuestra memoria, que no son todo lo bueno que nos hubiera gustado. Ser suspicaces es una de las características que nos vienen heredadas por nuestra relación con una historia repleta de invasores que nos fueron dejando parte de su ADN. Sin embargo, esta condición no siempre es disparatada; en el caso que me lleva a escribir este artículo, dedicado al político catalán de moda, Alberto Rivera, es por algo que desde hace algún tiempo me tiene mosqueado. Trataré de explicarme:
Tengo la sospecha, y creo no ser el único, que el partido político que preside este simpático personaje, nació como un proyecto de laboratorio maquinado por los celebritos que integran la Fundación que preside el señorito Aznar, con la intención de contrarrestar los pésimos resultados electorales del Pp. en Cataluña y tratar de equilibrar la balanza nacionalista con la finalidad de restarle unos cuantos votos. No obstante, en vista de la excelente aceptación mediática y electoral que ha tenido este partido en España, han aprovechado la oportunidad para lanzarlo al estrellato nacional.
Este joven amable que en su día ganó un concurso de oratoria, intenta con su discurso ambiguo atraer a la izquierda descontenta y a la derecha cabreada con el inmovilista Rajoy, que seguramente votarán cualquier cosa que no sea Pp&Psoe. Al parecer, este joven político que según dicen fue adoctrinado en el “ala derecha” de las filas peperas, por mucho que pretenda ocultarlo, no puede negar su simpatía por la extrema derecha de la que fue militante, llegando incluso a tontear en ocasiones con las juventudes falangistas para igualar fuerzas en las manifestaciones contra los radicales independentistas de su comunidad. Esto puede indicarnos que es un cachorro de la misma camada. Al principio pensé que sería, “pecadillos de juventud”, pero no tardé en darme cuenta que no es casualidad que este señor llegase a la política con viejos pensamientos fascistas disfrazados con una falsa apariencia centrista. Todo es parte de la misma mentira que él mismo manifiesta cuando ponemos atención a sus discursos.
Este joven político sabe esconder sus verdaderas intenciones tras una retórica vacía que intenta no salirse de un guión dogmático predeterminado, basado en lo políticamente correcto, que dice exactamente aquello que su público desea escuchar, dando la sensación de ser una persona creada única y exclusivamente para hacerse un hueco en la política en defensa de sus patrones.
 Naturalmente esta hipótesis no pasa de ser una simple opinión de censura provocada por una persona desengañada de unos políticos que no dudan en cargar el esfuerzo para tratar de paliar la crisis sobre las personas que menos ayudaron a estimularla, mientras ellos se llenan los bolsillos con el dinero de sus impuestos.
 ¡Que no nos vuelvan a engañar!

Saludos, Miguel.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.