viernes, 20 de noviembre de 2015

ATENTADO YIHADISTA




Hemos conocido la sanguinaria matanza yihadista en París, y se comentan verdaderas barbaridades sobre represalias y otros disparates por el estilo, ¿en nombre de la paz? Para los seguidores del tema, estos atentados no dejarán de ser una pobre venganza comparada con los centenares de muertes diarias de personas inocentes que luchan por sobrevivir. Pero esto por muy cruel que nos parezca no es toda la realidad: la cuestión va mucho más allá de nuestro conocimiento. Aunque nadie nos diga la verdad, sabemos que  detrás de esto están en juego muchos miles de millones del todopoderoso petróleo, del gas extraído de oriente y el negocio de las armas. La religión no es el motivo, es solo la excusa. Detrás de todo este montaje de religiones contrapuestas, del dinero y poder, hay mucho más.
Según comentan los que dicen entender el tema, el ISIS ha secuestrado más de 4 millones de mujeres de las zonas ocupadas, que están vendiendo como esclavas sexuales. Las acciones de esta gente son actos de verdadera maldad que hablan por sí solos de la personalidad de esta tropa, que mata por puro placer, para divertirse y lo que es peor; lo hacen en nombre de su Dios. Estas atrocidades estimuladas por una religión obviamente manipulada según los intereses del momento, son el fruto de una política repugnante a la vez que inhumana, incitada por oscuros beneficios económicos, comerciales y raciales. Porque esto no es cuestión de ideas o religiones, se trata de captar chavales sin futuro con la mirada perdida en un  horizonte sin retorno, prematuramente artos de vivir. Nada de religión, sólo cruda política visceral, una imposición estratégica que genera muerte para muchos y dinero para unos pocos.
En este virtual tablero juegan muchos peones, no olvidemos que el principal patrocinador de ISIS es Arabia Saudí que además de ser uno de los países más ricos y el más peligroso del mundo, es sumí e Irán es chiíta, unos árabes, los otros persas y para cerrar el círculo está Turquía; el viejo Imperio Otomano también aspira a su trozo de tarta en este conflicto.
Existen informes que cada cual podrá calificar según su propio criterio, puesto que la verdad absoluta no está en boca de nadie, pero que cada vez cobran más fuerza. Presuntamente todo este caos se lo debemos a los Estados Unidos que apoyaron a Al-Qaeda durante más de 40 años. Dicen que para ello, la CIA creó campos de entrenamiento en Paquistán, desde 1.982 al 1.992, alrededor de 35.000 yihadistas fueron reclutados para luchar en la jihad contra la Unión Soviética, suministrando armas a estas brigadas. Tras la muerte de Bin Laden, la CIA con el apoyo del M16 Británico, el Mossad israelí, los servicios de inteligencia de Paquistán, junto con los de Arabia Saudita, reforzaron una de las filiales más sanguinarias de Al-Qaeda, ISIS. Por lo tanto fueron los EEUU, la OTAN y el Estado Mayor de Turquía los responsables de la contratación de los mercenarios de ISIS desde marzo de 2.011. Estos soldados de alquiler se ocuparon dentro de Siria en causar el mayor daño posible a Siria e Irak. Ahora, como sucedió anteriormente con Al-Qaeda, deben pensar que han sido traicionados y de esos lodos vienen estos barros.
Naturalmente carezco de pruebas para confirmar con rotundidad este argumento aunque haya quien diga que está comprobado, pero conociendo al personal podemos tomar la cuestión como mejor queramos.
Resumiendo: La política rastrera de las grandes economías nos ha creado un enemigo que puede actuar donde quiera y en el momento que más les convenga para asustar a la población y empujarla a aceptar cualquier modelo de política represiva de las libertades al servicio de los grandes poderes. De eso se trata.
Y esto acaba de empezar.


Saludos, Miguel.

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