martes, 22 de noviembre de 2016

POBREZA ENERGÉTICA




Nos hemos acostumbrado a tantas mentiras intencionadas dichas por políticos y allegados, que a estas alturas no prestamos atención a casi nada de lo que dicen. Esto va porque ningún partido político, especialmente Pp. y Psoe., jamás revelaron la situación real de la pobreza energética española, demostrando con su actitud que les importa muy poco o nada. Las estadísticas dicen que desde los años 2.009 y 2.015, las eléctricas dejaron sin luz a más de 7.3 millones de hogares, que tuvieron que decidir entre calentarse o comer. Sin embargo en ese mismo tiempo, Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa y EDP, se embolsaron unos beneficios netos de 46.926 millones de euros.
Realmente el problema de la pobreza energética viene motivado por las privatizaciones que en su día improvisaron los gobiernos de estos dos partidos que por entonces fueron mayoritarios. Estos políticos  “salva patrias” nos engañaron diciendo que privatizaban las empresas públicas con la finalidad de “hacerlas más eficientes”, sin embargo ahora, una vez descubierto el pastel y para quedar bien con el personal que quiere oírlos, todo son lamentaciones; eludir la responsabilidad, acusar al partido más cercano y esperar pacientemente, ayudados por el silencio de los borregos y la colaboración de los medios de comunicación del régimen, que para eso cobran, a que pase la tormenta para que cuando lleguen las próximas elecciones, todo se haya olvidado y volvamos a votar a los mismos sinvergüenzas que provocaron estas injusticias.
Jamás se debería aceptar que la gente se muera de frío o quemada viva por cualquier accidente doméstico originado por la falta de suministro energético, mientras el presidente de Iberdrola, según “La Gaceta.es” esté cobrando, 2.407 euros cada hora del día.
Alguien nos debería explicar porqué el presidente de una empresa que es parte de un monopolio, con riesgo empresarial cero, sin responsabilidad social, sin competencias, con beneficios asegurados por Ley, y que además goza de una impunidad absoluta, puede cobrar un sueldo semejante, y conste que “solo” es el quinto ejecutivo mejor pagado del país con 9,5 millones de euros limpios que se llevó el año pasado. Esto se refleja en nuestra factura mensual como “coste de producción” y debe referirse al coste real que origina el consejo de administración con su presidente a la cabeza.
Puesto a opinar, diré que una de las soluciones a este problema, según mi criterio, sería volver a nacionalizar las empresas de energía, o mejor aún, expropiarlas directamente, ya que todas las instalaciones y servicios fueron pagadas con dinero público, o sea con nuestros impuestos, y además de aprovecharse de la infraestructura, como prueba de gratitud, nos cobran sus gastos en la facturación mensual. Estas empresas que fueron privatizadas en procesos nada claros, solo sirvieron para beneficiar a los amiguetes de los gobiernos de turno que solo pensaron en sacar tajada. Esto no es nada nuevo, hace unos años también lo hizo Alemania y varios países más, pero cuando se dieron cuenta de su error, volvieron a recuperar los servicios públicos porque vieron los resultados que crearon: desigualdad, clientelismo, corrupción, pobreza para muchos, paro y muerte. Aquí no lo harán porque sería cerrar la puerta a un sustancioso retiro.
Ahora que la pobreza energética está en boca de todos y a los políticos no les agrada, quieren que las facturas de energía que realmente no puedan ser costeadas por familias en condiciones de pobreza real, sean financiadas con cargo a los presupuestos generales el Estado. O sea que la paguemos los contribuyentes. La cuestión es que las “pobres” eléctricas no pierdan ni un céntimo en sus considerables ingresos.
Y por si no pagamos suficientemente caro el kilovatio, por lo visto, el gobierno ha autorizado a las eléctricas una subida en la tarifa del próximo año para compensar la pérdida de ingresos provocada por la utilización de las lámparas de bajo consumo que ellos mismos recomendaron. ¡¡Manda güevos!!
El fondo del asunto es que se habla de “pobreza energética”, para disimular el término. La palabra literal que define la cruda realidad aunque nos duela pronunciarla, se llama POBREZA.


Saludos, Miguel.

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