martes, 28 de noviembre de 2017

EL CUPONAZO VASCO



         Otra pena más para los españolitos que pagamos rigurosamente nuestros impuestos a cambio de apenas nada.
Por estos días se habla del “cupo vasco” y muy pocos conocen su origen ni significado. Con esto no quiero decir que un servidor sea un entendido en la materia, pero como estoy algo preocupado, he querido conocer algo más sobre este tema.
Según he podido saber, el asunto trata de un sistema de contribución que surgió después de la II Guerra Carlista allá por el año 1.878, en el cual se reconoce a las Diputaciones Forales la facultad de recaudar sus propios impuestos. Es un derecho histórico que sigue vigente en nuestros días, por el cual el País Vasco y Navarra recaudan todos los impuestos, y pagan al Estado Español una cantidad estipulada para compensar los gastos que obtiene por la prestación de servicios no transferidos. La revisión de estas prestaciones se realiza periódicamente, y el cálculo de la cantidad a devolver depende, como vemos ahora, de los servicios prestados al gobierno de turno. O sea, según los favores que te he hecho… tanto te devuelvo.
La cuestión de tanta polémica se debe a que en esta ocasión no se ha realizado ningún tipo de cálculo de la aportación que le corresponde ingresar al País Vasco a las arcas españolas, sino que el señorito Rajoy, como dueño y señor del cortijo español, ha estipulado una cantidad a simbólica como pago por los votos prestados a su partido para poder aprobar los presupuestos del Estado del próximo año.
Echando la vista atrás recordaremos que el dictador Franco favoreció tanto a vascos como a catalanes, montando allí la mayor parte de la industria española, para mantener ocupado al personal y aún siguen beneficiándose de aquello, mientras otras muchas regiones se quedaron para siempre al margen de la industrialización. Según mi punto de vista, y siendo consciente de la  situación económica que estamos atravesando debido a esta interminable crisis, creo que esto del “cupo vasco” no pasa de ser una gran estafa que a los partidos políticos mayoritarios interesa mantener viva, porque se benefician de ello a cambio de sus oportunos votos y favores partidistas. No obstante, para el resto de las comunidades se trata de una actitud indignante que provoca la desigualdad entre autonomías.
Es por esto que las comunidades forales son las que menos deuda tienen y las que gozan de mayor renta por persona. Como ejemplo diré que la renta de los vascos en el 2.016, fue de 14.345 euros, frente a los 8.731 euros de los manchegos. Los catalanes que tanto se quejan apiñaron 12. 660 euros, y los extremeños no pasaron de los 8.674 euros.
Viendo esta diferencia entre comunidades autónomas comprendemos el elevado contraste que existe en un país desarrollado y pésimamente administrado por unos políticos incompetentes a quienes deberíamos exigir un cambio radical en el sistema de reparto para restablecer la igualdad económica entre españoles. Amén.

Saludos, Miguel.



         

miércoles, 22 de noviembre de 2017

CORRUPCIÓN ESPAÑOLA




         Por algo se empieza. Finalmente parece ser que el Partido Popular instalará sus posaderas en el banquillo de los acusados. Verdaderamente es un hecho histórico como fue ver al presidente de los españoles declarando por corrupción ante un tribunal de justicia, aunque aquello fuese una pantomima, es la primera vez en la historia que un partido político ha sido procesado por los delitos de encubrimiento y daños informáticos. Este mismo partido que es el que presume de “colaborar con la justicia” será juzgado por destruir las pruebas que pudieran inculparlo en un delito de corrupción sistemática, cuando fueron solicitadas por el juzgado.
Ahora tratan de defenderse alegando que el delito ha prescrito, sin embargo hay cuestiones que no prescriben con los años por mucho que lo quieran asegurar los que están implicados en el asunto por ejemplo, todo lo relacionado con la corrupción sistemática de los partidos políticos y sus incondicionales, ni tampoco es achacable a la inseguridad de los tiempos que vivimos, ni únicamente es cosa exclusiva de los políticos.
Después de tantos casos de corrupción como hace tiempo vengo manifestando, tengo que admitir que la corrupción, además de endémica, nos viene de lejos: por dinero vendieron a Viriato a los romanos, tampoco por creencias religiosas fueron expulsados los árabes del país,  ni a los judíos, ni a la Iglesia. Analizando estos temas en su conjunto podemos llegar a la conclusión que todo tiene un denominador común, que fue para robarles su patrimonio, y el tema no ha variado en absoluto con el tiempo, lo que sucede ahora es que los ladrones son un poco más “educados” y “elegantes”. Ellos tienen su idea, y piensan que lo que hacen es comparable a copiar en un examen: “… mientras no te pillen todo irá bien”.
Es cierto que se han creado organismos con la finalidad de perseguir los fraudes, corruptelas y demás delitos monetarios pero he aquí, que estas poderosas instituciones son presididas por personajes escogidos por el régimen para despistar y entretener al personal mientras ellos siguen con sus chanchullos y explotando al máximo el tráfico de influencias con su conocida falta de ética.
Por mucho que los mismos que lo generan, hablen de solucionar este tema, es una gestión complicada puesto que ellos mismos procurarán conseguir dar validez a la acción inmoral de quienes se benefician del trabajo de los demás como auténticos parásitos que son, al tiempo que justifican sus actos con la conocida frase… “la corrupción procede de la misma sociedad”. Ante este obsceno comentario dicho seguramente por algún personaje implicado, debo decir que la solución del problema está difícil por ahora, puesto que para conseguir algún progreso más o menos positivo haría falta un cambio de política radical, y posiblemente adelantándonos mucho en el tiempo, un cambio de cultura y educación, buenas leyes y sanciones ejemplares.
Para terminar diré que la corrupción de los partidos políticos y en los sindicatos ha sido tan descarada que ya es hora que intervenga la justicia, aunque me malicio que no llegarán al fondo de la cuestión. Estos poderosos partidos tienen fuerza y clientelismo suficiente para no perder sus privilegios. Posiblemente caerán cuatro “pringaos” y los verdaderos responsables seguirán sin responder ante la Ley por los delitos que ya no pueden ocultar.
Como dije al principio, por algo se empieza.


Saludos, Miguel.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA CORRUPCIÓN QUE NO CESA



La corrupción vacía las arcas del Estado. Los políticos nos roban las reservas para financiar los servicios y prestaciones sociales de los ciudadanos. Es algo parecido a un impuesto que no se define ni se presupuesta como tal, pero que a cada españolito nos cuesta algo más de 500 euros al año para reponer los más de 90 millones de euros defraudados de las arcas públicas que destruyen lentamente nuestro estado del bienestar.
Ante esto, nuestros políticos siempre encuentran excusas para desviar la atención del personal hacia el lado que más les interesa. Quien maneja el negocio de la corrupción, según dicen algunos fiscales, es el Partido Popular, ayudado por los medios de comunicación a su servicio, donde la mayoría de sus políticos han estado, están y estarán imputados por la justicia. Pero todo tiene un límite porque pudiera ser que cualquier día los votantes de este partido abrieran los ojos y vieran lo que sucede a su alrededor y eligieran otro partido donde no valga la estrategia de mirar hacia otro lado o esperar a que caiga la fruta madura.
Es particularmente interesante, que a esta “casta” de parásitos saqueadores no les guste dejar el Poder, y traten de asustar a la gente con cualquier pretexto, porque al fondo ven el final de su dictadura. Aunque creo que ni derrotándolos en las urnas será posible acabar con la corrupción, porque el sistema capitalista que nos impusieron es un sistema corrupto en su propio origen ya que para ellos, lo importante es acumular cuanto más capital, mejor. No importa el cómo ni a costa de qué, puesto que para eso hacen las leyes según sus propios intereses. Pueden robar, estafar, expropiar, extorsionar… que a nadie se le pide cuentas, han tomado la “honrosa” actividad de la política como sinónimo de corrupción. Y ante este estado de cosas no cabe otra solución que instaurar una auténtica Ley de Transparencia que acompañen asignaturas obligatorias en la educación sobre honestidad, ética y solidaridad, ya que la “ley de transparencia” que introdujo el gobierno del Pp. no sirve para nada. Como prueba evidente tenemos a Rajoy y su comparsa metidos hasta el cuello en la corrupción, y ahí están ajenos a las críticas como quien oye llover.
Lo cierto es que el partido que nos gobierna está imputado por corrupción y ya no se preocupan siquiera de guardar las formas. El pueblo les culpa de provocar los interminables recortes, de causar un nivel de paro insoportable; saturación y falta de camas en los hospitales, la deuda soberana imparable, emigración masiva, cuatro millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, cientos de niños con serios problemas de nutrición, miles de familias a quienes les arrebataron sus casas… y ellos ni se inmutan. Esta es la verdad que tenemos en España.
Sabemos que no hay dinero suficiente para Sanidad, ni para Educación, ni para Asuntos Sociales porque se lo llevan a manos llenas, en cambio hay millones de euros para gastarlos en aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches, vías de alta velocidad por donde apenas pasan trenes… etc. esto tiene un nombre. Se llama despilfarro y malversación de dinero público con el propósito de obtener comisiones multimillonarias.
No es por enaltecer al personal, pero creo que los ciudadanos honrados que pagamos nuestros impuestos para mantener la ley y el orden dentro y fuera de las instituciones españolas, podríamos aprovechar las circunstancias para vencer nuestra natural cobardía y salir a la calle para defender nuestro incierto futuro. Porque visto lo visto cabe preguntarse… ¿Cuál será el futuro político y social de nuestro país?


Saludos, Miguel.