Otra pena más para los españolitos que
pagamos rigurosamente nuestros impuestos a cambio de apenas nada.
Por estos días se habla del “cupo vasco”
y muy pocos conocen su origen ni significado. Con esto no quiero decir que un
servidor sea un entendido en la materia, pero como estoy algo preocupado, he
querido conocer algo más sobre este tema.
Según he podido saber, el asunto trata
de un sistema de contribución que surgió después de la II Guerra Carlista allá por el año 1.878, en el cual se reconoce a las Diputaciones Forales la facultad de recaudar sus propios impuestos.
Es un derecho histórico que sigue vigente en nuestros días, por el cual el País
Vasco y Navarra recaudan todos los impuestos, y pagan al Estado Español una
cantidad estipulada para compensar los gastos que obtiene por la prestación de
servicios no transferidos. La revisión de estas prestaciones se realiza
periódicamente, y el cálculo de la cantidad a devolver depende, como vemos
ahora, de los servicios prestados al gobierno de turno. O sea, según los
favores que te he hecho… tanto te devuelvo.
La cuestión de tanta polémica se debe a
que en esta ocasión no se ha realizado ningún tipo de cálculo de la aportación
que le corresponde ingresar al País Vasco a las arcas españolas, sino que el
señorito Rajoy, como dueño y señor del cortijo español, ha estipulado una
cantidad a simbólica como pago por los votos prestados a su partido para poder
aprobar los presupuestos del Estado del próximo año.
Echando la vista atrás recordaremos que
el dictador Franco favoreció tanto a vascos como a catalanes, montando allí la
mayor parte de la industria española, para mantener ocupado al personal y aún siguen
beneficiándose de aquello, mientras otras muchas regiones se quedaron para
siempre al margen de la industrialización. Según mi punto de vista, y siendo
consciente de la situación económica que
estamos atravesando debido a esta interminable crisis, creo que esto del “cupo
vasco” no pasa de ser una gran estafa que a los partidos políticos mayoritarios
interesa mantener viva, porque se benefician de ello a cambio de sus oportunos
votos y favores partidistas. No obstante, para el resto de las comunidades se
trata de una actitud indignante que provoca la desigualdad entre autonomías.
Es por esto que las comunidades forales
son las que menos deuda tienen y las que gozan de mayor renta por persona. Como
ejemplo diré que la renta de los vascos en el 2.016, fue de 14.345
euros, frente a los 8.731 euros de
los manchegos. Los catalanes que tanto se quejan apiñaron 12. 660 euros, y los extremeños no pasaron de los 8.674 euros.
Viendo esta diferencia entre comunidades
autónomas comprendemos el elevado contraste que existe en un país desarrollado y
pésimamente administrado por unos políticos incompetentes a quienes deberíamos
exigir un cambio radical en el sistema de reparto para restablecer la igualdad
económica entre españoles. Amén.
Saludos, Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.