miércoles, 18 de julio de 2018

EL MINISTERIO DE LA COSPEDAL




                Yo no me atrevo a señalar a nadie en especial, ni sé quién o quiénes serán los culpables, el asunto se comparte o se reparte entre la ex jefa del ministerio, o la cúpula militar que la aconseja. La cuestión no puede ser más impresentable, van de chapuza en chapuza vergonzosamente cual ineptos patanes jugando con miles de millones de dinero público que despilfarran aparentemente sin conocimiento, pero cualquiera puede apreciar cuando menos una mala gestión, pero el asunto apesta a corrupción, fraude y malversación.
         Esto no viene de ahora, que se lo pregunten al ministro Morenés que es el experto en armamento militar. Resulta que hace unos años, el ministerio compró a Airbús 27 aviones de transporte A400M por los que pagaron más de 5.000 millones de euros. Pues bien, según parece estos aviones no valen para nada, resultan “inactivos”. Al darse cuenta de la metedura de pata, Defensa quiso devolver 13 aparatos porque apenas podían levantar el vuelo a plena carga. Sin embargo, la división militar de Airbús, dijo que si devuelven esos aviones, nos multarán con 243 millones de euros por incumplimiento de contrato. ¡¡Toma ya!!
La cuestión es que se compraron estos aviones para transportar unos súper carros de combate que pesa cada uno 70 toneladas, y el Airbús solo tiene capacidad para 40 toneladas. Esto hace que estos pesados carros de combate, sigan sin moverse del lugar donde los descargaron, porque tampoco pueden ser transportados por ningún vehículo convencional debido a sus extraordinarias dimensiones.
Otra gran torpeza fue la compra de cuatro submarinos S-80, unos monstruos marinos con sobrepeso. Pesaban tanto que eran capaces de sumergirse con rapidez y sin embargo, subir a la superficie y flotar… como que les costaba. Debido a este tremendo error del constructor, acordaron añadirle unos 10 metros más de eslora para reequilibrar el peso, y ciertamente funcionan algo mejor, no obstante parece que ahora tienen problemas con los propulsores que les falta algo de potencia. Ahora viene lo mejor; como consecuencia de haber alargado la eslora de los submarinos para subsanar el error del fabricante, además de tener un sobrecoste del 72’5%, que viene a ser unos 1.550 millones más, el asunto costará a las arcas públicas alrededor de 3.685 milloncejos, a los que hay que añadir otros 16 millones de euros para adaptar los muelles de Cartagena, porque debido a la nueva eslora de estos submarinos, resulta que ahora no caben en los muelles que tendrán que drenar y alargarlos.
Otra muestra de la ineptitud de nuestros ávidos jefes militares y políticos, que fue silenciada por la prensa del movimiento, la tenemos en la compra de unos aviones de combate que según parece están ocultos en el hangar de una base aérea, por aquello del déficit. Y es indudable que el Estado se gasta una millonada en atender la industria militar, y que tanto los responsables políticos como los militares, la convierten en un sistema de corrupción y despilfarro. Por algo estos asuntos huelen mal; compran fragatas a otros países estando nuestros astilleros bajo mínimos, adquieren  helicópteros de combate con problemas de corrosión, submarinos que se sumergen y son incapaces de subir, aviones que no sirven para nada, carros de combate que no se pueden transportar… ni Gila pudo superar tanta incompetencia con su estilo de humor.
Y pase lo que pase, aquí no pasa nada.

Saludos, Miguel.


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