Yo no me atrevo a señalar a nadie en especial, ni sé
quién o quiénes serán los culpables, el asunto se comparte o se reparte entre
la ex jefa del ministerio, o la cúpula militar que la aconseja. La cuestión no
puede ser más impresentable, van de chapuza en chapuza vergonzosamente cual
ineptos patanes jugando con miles de millones de dinero público que
despilfarran aparentemente sin conocimiento, pero cualquiera puede apreciar
cuando menos una mala gestión, pero el asunto apesta a corrupción, fraude y
malversación.
Esto no viene de ahora, que se lo
pregunten al ministro Morenés que es el experto en armamento militar. Resulta
que hace unos años, el ministerio compró a Airbús 27 aviones de transporte A400M
por los que pagaron más de 5.000
millones de euros. Pues bien, según parece estos aviones no valen para nada,
resultan “inactivos”. Al darse cuenta de la metedura de pata, Defensa quiso
devolver 13 aparatos porque apenas
podían levantar el vuelo a plena carga. Sin embargo, la división militar de
Airbús, dijo que si devuelven esos aviones, nos multarán con 243 millones de euros por
incumplimiento de contrato. ¡¡Toma ya!!
La
cuestión es que se compraron estos aviones para transportar unos súper carros
de combate que pesa cada uno 70
toneladas, y el Airbús solo tiene capacidad para 40 toneladas. Esto hace que estos pesados carros de combate, sigan
sin moverse del lugar donde los descargaron, porque tampoco pueden ser
transportados por ningún vehículo convencional debido a sus extraordinarias dimensiones.
Otra
gran torpeza fue la compra de cuatro submarinos S-80, unos monstruos marinos con sobrepeso. Pesaban tanto que eran capaces
de sumergirse con rapidez y sin embargo, subir a la superficie y flotar… como
que les costaba. Debido a este tremendo error del constructor, acordaron añadirle
unos 10 metros más de eslora para
reequilibrar el peso, y ciertamente funcionan algo mejor, no obstante parece
que ahora tienen problemas con los propulsores que les falta algo de potencia.
Ahora viene lo mejor; como consecuencia de haber alargado la eslora de los
submarinos para subsanar el error del fabricante, además de tener un sobrecoste
del 72’5%, que viene a ser unos 1.550 millones más, el asunto costará a
las arcas públicas alrededor de 3.685 milloncejos,
a los que hay que añadir otros 16
millones de euros para adaptar los muelles de Cartagena, porque debido a la
nueva eslora de estos submarinos, resulta que ahora no caben en los muelles que
tendrán que drenar y alargarlos.
Otra
muestra de la ineptitud de nuestros ávidos jefes militares y políticos, que fue
silenciada por la prensa del movimiento, la tenemos en la compra de unos
aviones de combate que según parece están ocultos en el hangar de una base aérea,
por aquello del déficit. Y es indudable que el Estado se gasta una millonada en
atender la industria militar, y que tanto los responsables políticos como los
militares, la convierten en un sistema de corrupción y despilfarro. Por algo
estos asuntos huelen mal; compran fragatas a otros países estando nuestros
astilleros bajo mínimos, adquieren helicópteros
de combate con problemas de corrosión, submarinos que se sumergen y son
incapaces de subir, aviones que no sirven para nada, carros de combate que no
se pueden transportar… ni Gila pudo superar tanta incompetencia con su estilo
de humor.
Y
pase lo que pase, aquí no pasa nada.
Saludos,
Miguel.
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