miércoles, 16 de octubre de 2013

LA ESPAÑA POBRE


No descubro nada nuevo si digo que cada día que sale el sol la mayoría de los españoles somos más pobres. Esto no es ninguna novedad como tampoco sería una contradicción asegurar que cada día hay más personas enriqueciéndose, y todo a causa de la “crisis”.
Esta exagerada desigualdad, a mi entender, podrá continuar creciendo gradualmente por mucho tiempo porque el desempleo sigue subiendo sin control, y en cambio los sueldos y las pensiones son cada vez más bajos. De esta forma los empresarios oportunistas y explotadores de sueños, aprovechando la situación, seguirán llenando sus bolsillos.
 Mientras esto sucede los precios aumentan día tras día aunque el gobierno, fiel a su política destructiva, niegue continuamente que esto sea así. ¿Cómo pueden ser tan sumamente cínicos para contarnos el cuento de que los salarios están subiendo? Seguro estoy que el señor Montoro tuvo un lapsus y sin querer hablaba del sueldo de los políticos que son los únicos que han visto engordar su salario.
Lo verdaderamente innegable es que los precios de todas las necesidades básicas como son; vivienda, alimentación, agua, gas, electricidad, ropa, calzado… no dejan de crecer. Si a esto añadimos el efecto negativo que ejerce sobre la dignidad de las personas la impotencia ante las políticas sociales, el continuo recorte de derechos y la pérdida del estado del bienestar, estaremos de acuerdo que el cuento de la recuperación económica a corto plazo, es otra de las grandes mentiras del gobierno que nadie cree. ¿A quién pretenden engañar?
Algunas familias sobreviven gracias a los pequeños ahorros conseguidos durante una vida de trabajo, sin embargo, se corre el riesgo que debido a la cada vez mayor ausencia de protección social, agravada por el desmantelado acceso a la sanidad, a la educación, a los servicios sociales, sin olvidar la dependencia, están dejando a muchas familias sin patrimonio y lo que es peor, con un futuro incierto que pone al límite la esperanza de vida de los jubilados y a la calidad de vida de los dependientes debido a la progresiva reducción de la sanidad pública.
Pese a esto y según los expertos, lo peor está por llegar. Para los próximos años se espera que muchos millones de desempleados terminaran con las ayudas sociales, que provocará una segunda oleada de empobrecimiento, con efectos aún más demoledores. Si a esto añadimos que los enfermos crónicos tienen que pagar los medicamentos hospitalarios, es posible que lleguemos a padecer una muerte silenciosa, un genocidio social ejecutado por un gobierno injusto que, pese a todo, goza del apoyo incondicional de la Casa Real y de la Iglesia Católica.
Como reflexión final añadiré un pensamiento:
“El poder absoluto simboliza la intolerancia y quienes lo representan no solo son capaces de arruinar su propio país, sino que provocan su propia ruina moral”.


Saludos, Miguel

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