domingo, 12 de enero de 2014

LEY ANTI ABORTISTA



Día a día descubrimos que la hipocresía de los miembros del Gobierno del Pp. crece como la mala hierba. Esto digo porque el Ministro Gallardón, bautizado por el pueblo con el sobre-nombre de “El Torquemada del siglo XXI”, que al tiempo que penaliza a las mujeres y defiende a las células embrionarias, premia con el indulto a ladrones y asesinos siempre que sean adeptos al Opus o secuaces de su partido, como aquel suicida valenciano que fue condenado a 13 años de prisión por causar la muerte a un joven de 25 años conduciendo bajo el efecto del alcohol en sentido contrario de la marcha por una autovía. La cosa no queda ahí; ahora, el señorito Gallardón ha perdonado 8 años de cárcel a otro sujeto, condenado a 14 años de prisión por atropellar a propósito a dos personas. Este personaje tuvo la paciencia de esperar en el interior de su coche a que sus víctimas salieran del bar donde se hallaban para atropellarlas. No se conformó con eso: al ver que una de sus víctimas aún se movía, regresó para volver a embestirla. Este siniestro individuo, ¿se merece que Gallardón le perdone 8 años de condena? Seguro que si estos fulanos en vez de amigos o allegados al clan Pepero, hubieran sido mujeres embarazadas y sin recursos que por circunstancias personales quisieran abortar les habrían caído todo el peso de la Ley y se pudrirían en la cárcel.
Mujeres condenadas por abortar, y hombres indultados por matar conduciendo borrachos. Esta es la justicia idealista del ministro Gallardón que con esta Ley, aspira entrar en las catedrales bajo palio.
Según esta doctrina, para ser merecedor de un indulto solo se requiere tener carné del Pp. o militar a un extremo de la derecha; de su derecha. Por mucho que se empeñen en negarlo, este Gobierno pasará a la historia por mantener en sus filas a los personajes más deshonestos de la democracia, porque es por todos conocido que para indultar a un condenado es necesario el informe faborable del Tribunal Sentenciador y del Ministerio Fiscal, a propuesta del Ministro de Justicia y previa deliberación del Consejo de Ministros. Si en este obligatorio trámite intervienen tantos protagonistas, significa que todos obedecen a un mismo lema, para que se entienda: que todos maman de la misma teta.
Nadie, incluyendo al gobierno y a la iglesia tiene derecho a decidir cuándo una mujer puede tener hijos y en qué momento de su vida los debe tener. Esta decisión es íntima y personal, por lo tanto los poderes públicos, que no debemos olvidar que existen para solucionar nuestros problemas y no para crearlos, están obligados por conciencia, a no interferir en esta dramática decisión por el contrario, deben establecer las condiciones óptimas para ayudar en tan difícil situación, poniendo al alcance de quien lo precise las atenciones sanitarias necesarias, en vez de condenarlas al ostracismo con una Ley denigrante.
Aunque parezca lo contrario, conste que no estoy a favor del aborto, solo defiendo aquello que considero justo.
Decía Platón:
“Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.”


Un saludo de Miguel.

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