Las cosas no son como a simple vista pueda
parecer: hemos de reconocer que nuestros
políticos se esfuerzan todo lo que pueden para realizar correctamente las
promesas contraídas con sus electores, en materia legislativa. Sin embargo
lo que en realidad sucede, debe ser que es tanto el peso que soportan, (por
llevar llenos los bolsillos), que rápidamente se cansan. Esto
viene porque después de más de un siglo, (que se dice pronto),
dos repúblicas, cuarenta años de dictadura y diez legislaturas, a ninguna
lumbrera parlamentaria se le ocurrió renovar el actual sistema de cobro
de créditos hipotecarios que fue creado en el año 1.909 y pese a las
sucesivas reformas que ha tenido se encuentra totalmente desfasado.
Los
políticos deben reconocer de una puñetera vez lo que todo el mundo sabe, que
están en manos de los poderes financieros que les
condonan sus deudas y no como obra de
caridad, sino como simple trapicheo de obscuros trueques que nos traen casos
como los que estamos hoy viviendo con los desahucios. Este compadreo banka&política según mi corto
entender y sin temor a equivocarnos, podemos llamar corrupción. No tienen suficiente con entrar en nuestras
vidas y obligarnos a que les paguemos el coste del rescate sin nuestro
consentimiento, que además nos desahucian con alevosía, y nos matan con el beneplácito
de la iglesia.
Nos están dando por todos lados y sin
vaselina; los políticos, la banka, los jueces, la iglesia, la casa real… todo
pertenece a una tremenda farsa, todo lo que nos dicen es mentira, todo forma
parte de un montaje, de una enorme estafa en la que estamos cayendo día tras
día. Una trama dirigida por algún fuerte poder financiero que, en principio
pretende adueñarse de Europa empezando por los débiles, y para conseguirlo
cuentan con la colaboración y pasividad de los mezquinos clanes políticos que
nos mal gobiernan. Son tan miserables
que engañan al electorado con promesas que saben que no van a cumplir y se
enriquecen robando el dinero de los contribuyentes, sus casas, sus vidas…
todos los recortes van dirigidos contra el sistema social y el estado del
bienestar. Por mucho que nos quieran
decir, no creáis jamás que las personas se suicidan por voluntad propia, son los
bankos quienes las empujan, la presión de los bankos las están matando.
¿Qué
más debe pasar para que reaccionemos?
Un informe elaborado por los jueces,
habla de “ligereza y mala praxis” de
las entidades bankarias, y plantean la
necesidad de flexibilizar y humanizar el régimen procesal de préstamos y
ejecuciones hipotecarias. Sin embargo, mientras esto sucede, nadie que yo
sepa ha sido ni siquiera imputado por
ello. Soy uno de los que piensan que las leyes nunca se hacen contra las
personas, sino para ayudarlas. ¿Qué ley
nos ayuda ante la amenaza de la banka? Ante estos tremendos hechos, y
después de miles de suicidios, al señor Rajoy se le ha presentado un dilema;
satisfacer la imposición del sistema bankario a quien debe interesar dejar que
las cosas sigan como están, o decidir entre la presión de Bruselas, y la ejercida
por millones de españoles. Según parece, esta eminencia del desparpajo cínico, ha
decidido mover ficha. Ahora, nuestro querido presidente pretende vendernos como
cosa suya personal, que van a crear un nuevo sistema de la reforma hipotecaria.
Ojalá sea para bien. Dentro de un tiempo veremos hacia donde se inclina la
balanza.
Como reflexión final quiero decir una
frase que no sé quién ni cuando se escribió pero hace pensar.
“En
el mundo hay más que suficiente para saciar el hambre de las personas que la padecen,
pero no su codicia”.
Recibid un saludo de Miguel.
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