Una locución de dos siglos que predice hechos de
hoy.
“Si
el pueblo permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los
bancos y las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la
gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la
recesión, hasta el día que sus hijos despertarán sin casa y sin techo, sobre la
tierra que sus padres conquistaron”.
Esta certera frase, aunque lo parezca,
no es de hoy. Fue expresada por Thomas
Jefferson, tercer Presidente de los Estados Unidos, en el año 1.802.
En estas entrañables fechas, quiero
darme el placer de dejar que los políticos, banqueros, y demás miembros de la casta
corrupta que en este país llamado España imperan, tengan el descanso que se merecen;
que beban mucho champán y que coman mucho turrón de Alicante, (del duro para que se les jodan los
dientes).
A mis amigos lectores les deseo que
procuren aparcar los sinsabores por unos días porque la Navidad, aunque despierte bellos momentos del pasado, es lo que
importa del presente y la esperanza del futuro que nos traerá la paz social que
tanto necesitamos.
La Navidad
no la hacen los adornos del arbolito, ni las luces de colores que parpadean en
las calles, ni siquiera las figuritas del Belén. La Navidad la hace el calor que se refleja en el corazón de las
personas de buena fe; es la generosidad compartida con quien más lo necesita y
siempre nos traerá la esperanza de subsistir ante tanta injusticia. Mi deseo es
que ojalá pudiésemos meter el espíritu de la Navidad en el corazón de los poderosos mandatarios que controlan el
mundo. Quizá se les ablandara.
Deseo que en estas fiestas disfrutéis
de salud, paz, y amor.
Miguel.
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