martes, 26 de febrero de 2013

LA RETIRADA DEL PAPA




No descubro nada nuevo cuando escribo sobre la corrupción política y empresarial, como tampoco intento abrir un nuevo debate si hablo de la Conferencia Episcopal de este mi país. Sin embargo, para mí sería algo novedoso censurar los motivos que han contribuido a que el Santo Padre de Roma haya tomado la nada fácil decisión de renunciar a su sagrado compromiso.
Sobre este tema hay opiniones para todos los gustos dependiendo de la dirección que vengan y de los intereses que cada cual defienda. Mas como yo no estoy en poder de la verdad, y después de examinar todo lo que se ha escrito sobre esta cuestión, quiero expresar mi propia opinión sin pretender en absoluto herir la sensibilidad de ninguna persona.
 He llegado a la conclusión que dentro de los infranqueables muros del Vaticano no todo son rezos ni alabanzas. Detrás de sus paredes se esconde la mayor trama de sexo, corrupción, chantaje y falsedades que se conoce. Esta mezcla de “pecados” de naturaleza terrenal, ha motivado que el representante de Cristo en la tierra, haya tomado la decisión que ya conocemos. Esta difícil medida engrandece la figura del Papa que debería servir de ejemplo a muchos políticos que se confiesan católicos y se molestan cuando consideran que son atacados los fundamentos básicos de su creencia religiosa.
Según el diario italiano La República, Su Santidad ha renunciado a su cargo porque después de descubrir la filtración de documentos por su propio secretario, y después de las oportunas investigaciones que ordenó realizar, se descubrió una red de prostitución dentro del Vaticano. Del mismo modo este diario habla que altos personajes relacionados con la Iglesia, realizaban encuentros sexuales en saunas gais en un centro de belleza en Roma; en una villa de lujo en las afueras de la ciudad y en una residencia universitaria, con seminaristas prostituidos por un miembro de la Coral de la “Reverenda Capilla de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro”, de treinta años, que ofrecía a sus superiores servicios sexuales con jovencitos seminaristas. A esto hay que añadir una especie de guerra interna en la Santa Sede; una sucia lucha por el poder, donde no faltan oscuros casos de sexo y dinero. Altos cargos de la Iglesia están siendo víctimas de chantaje, por culpa de sus “tendencias mundanas”, es decir, por casos relacionados con el sexo.
También se habla de que el Banco Vaticano pudiera ser una inmensa lavadora de dinero negro. En teoría se supone que en este banco sólo pueden abrir una cuenta personas, instituciones y ciudadanos residentes en el pequeño Estado. Sin embargo, aquí también hay engaño, ya que según el mismo diario, cualquier titular de una cuenta, puede autorizar a otra persona para que opere en su cuenta privada, sin que quede registrada esta operación, puesto nadie puede tener acceso a ella. Un escándalo de corrupción sexual, moral y económica que Benedicto XVI a sus 86 años no ha tenido fuerzas para hacerle frente.
Me apena decir que la Iglesia, lo mismo que en la política, es una más de tantas organizaciones corruptas del planeta. A los hechos me remito: corrupción, sexo, chantaje, robo de niños, oscuras inversiones… nunca nadie concibió tanta barbarie en el nombre de Dios.
Para terminar añadiré que la avaricia de tantas personas obliga a un radical cambio de sociedad, ahora que todavía estamos a tiempo.

Saludos, Miguel.


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