Vivimos en un país donde los protegidos
por el gobierno de turno pueden mangonear a “barra libre” con tarjetas
bankarias sin que los responsables de la
estafa, auténticos terroristas económicos, se pudran en la cárcel. Bueno,
todos no, algunos de la camarilla que por lo visto no hicieron como los demás,
o sea, que no se llevaron ni un céntimo, los aclaman como si fueran héroes,
como ejemplo de honradez. Realmente ese acto les honraría si además hubiesen
denunciado la mala práctica de sus colegas que arramblaron con los recursos de
muchas personas tanto o más honestos que ellos. Callaron sabiendo que sus
socios, gentuza infecta y sin moral, estaban desvalijando el banko que les daba
de comer, y que sus testimonios hubieran bastado para detener el saqueo.
¿En qué país se inculpa al juez y
se premia al delincuente?
España, desde que gobierna Rajoy “el terrible”, se ha convertido sin
duda, en uno de los países más corruptos del mundo mundial, donde los
delincuentes de “postín” son premiados incluso por la Justicia, el Gobierno,
Hacienda, y consentidos por todos los partidos políticos; ya se sabe, “hoy por ti…”. Aquí los corruptos no son juzgados ni van a la cárcel, si no que los
propios jueces les facilitan buenas vacaciones en lugares privilegiados.
Como dijo hace tiempo un controvertido alcalde andaluz, “…la justicia es un cachondeo”. De lo contrario, que alguien me explique por qué unos
“supuestos” criminales financieros como Blesa, Rato, etc., atracadores de
bankos que hundieron la economía de este país, arruinando la vida de muchas
personas, siguen riéndose de todos, y el único inculpado en la causa sea el
juez que inició el proceso: Elpidio Silva.
De acuerdo que este juez ha podido
cometer errores, vale. Pero llama la atención la rapidez en la tramitación de
la causa y la prepotencia en la actuación del presidente del Tribunal. También pienso que eso no justifica el
simulacro de juicio que están celebrando para tratar de lincharlo como hicieron
con Garzón, y todo para defender un canalla sin dignidad ni prestigio como
Blesa. ¿De qué presume este sujeto?
La justicia, la verdadera, debería obligarle a devolver lo que se ha llevado, con
intereses y que se pudra para siempre en la cárcel.
A Bárcenas le condenaron a 19 meses de prisión preventiva porque
podía destruir alguna prueba. (Después veríamos que las pruebas son
destruidas sistemáticamente por los servicios de la “gestapillo” del Pp.).
Siguiendo el mismo criterio, el juez Silva condenó a Blesa, que fue liberado
por las fuerzas jurídicas del Pp advertidas por el ex Aznar. En la segunda
ocasión este juez lo mandó a la cárcel, por su participación directa en la
supuesta compra fraudulenta del famoso banko de Florida y por el crédito de 26’6 millones de euros que Blesa concedió
a Díaz Ferrán, (otro que tal baila). En
esta ocasión tardó menos de 24 horas
en reunir una fianza de 2’5 millones
de euros. La cuestión es que el juez está condenado, y el delincuente
celebrándolo con su buen amigo Josema.
Se evitarían muchas maldades si el Poder Judicial que “supuestamente”,
trabaja al servicio del Pp., estuviera separado del Poder Político, y los miembros del TSJM y del CGPJ, fuesen imparcialmente
investigados por magistrados intachables. Para
muchos ciudadanos hay jueces que son más que sospechosos por llevar a la
Justicia al descrédito más absoluto, y la Fiscalía debería avergonzarse por
tolerar las declaraciones de estos personajes que son un insulto contra la
ética judicial y la inteligencia de los ciudadanos.
Para poner fin a esta aberración
política, es necesario a la vez que
urgente, cambiar este régimen dictatorial. Por desgracia aquí nada funciona
como corresponde, ni el Banco de España, ni el Ministerio de Economía, ni el
Tribunal de Cuentas, ni el Ministerio de Justicia, ni el Gobierno, ni siquiera el
resto de partidos políticos que además son parte del problema.
Los ciudadanos tenemos que hacer algo
más que entristecernos o quejarnos. Tenemos una sociedad acomodada que no le
apetece salir a la calle a defender un sistema democrático efectivo, y que de
una vez por todas se depuren las instituciones.
¿Cuándo nos daremos cuenta que los
españoles estamos padeciendo un verdadero “secuestro democrático?
Saludos, Miguel.
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