Me había planteado escribir menos de
política, de la mala política, de la que hay. De la política que está llevando
a España al mayor desastre económico de la Historia. Pues bien, visto lo visto,
no he podido resistir mucho tiempo porque hay cosas de las que tengo que hablar,
porque si me las callo me sube la tensión arterial, el azúcar, los triglicéridos…
y no está el asunto de la sanidad como para ponerse enfermo, que llevo desde
marzo en lista de espera para un reconocimiento y aún no me han llamado, ya
está bien.
Estos inútiles gobernantes, con el repelente
roedor parlanchín en cabeza, nos han presentado
unos presupuestos totalmente contrarios a sus promesas electorales. Estos “salvadores
de la patria” deben vivir en otro mundo, y piensan que son los demás
quienes llevan el paso cambiado, quieren hacernos ver las cosas del modo que
ellos las ven, y no como realmente son. Cuando gobernaba Zapatero, predicaban a
los cuatro vientos que sólo ellos tenían la solución para salir de la crisis,
sin embargo ahora vemos que estos fulanos son aún más incompetentes que los
anteriores. Encima nos dice el roedor
parlanchín que son unos presupuestos “sociales”.
¡Será cínico el muy…!
Si por error algún día nos dijeran la
verdad, cosa más que improbable, nos dirían que España hace tiempo que está
vendida, hipotecada a la banka, que Europa entrará en coma profundo en el
momento que Grecia, Portugal, Italia y España, no puedan continuar pagando sus
deudas. Entonces será cuando realmente
los europeos y casi medio mundo, caerán en el mayor colapso financiero
imaginado por los propios gobernantes, sencillamente para entonces no habrá ni
un puñetero euro. Y este día, si estos inútiles politicastros no lo
remedian, no tardará mucho tiempo en llegar. De seguir por este camino no
tardaremos en vernos como un país tercermundista, los síntomas son los mismos:
Deuda, corrupción, desempleo, hambre, fractura social, represión policial,
etc., etc. Esto debería ser motivo suficiente para pedir la dimisión del
gobierno y exigir una regeneración política integral.
A estas alturas, los políticos se habrán
enterado que los españoles sabemos que son personas “non gratas”, que son un verdadero
foco de corrupción, y como ellos saben que nosotros lo sabemos, están haciendo
lo imposible para llevarse todo lo que puedan antes de salir, intentarán robar
cuanto puedan para que no podamos levantar cabeza.
Y
nosotros lo consentimos.
Los españoles han opinado en la última
encuesta del CIS, que sentimos un
profundo desprecio por los políticos. Si hubieran seguido preguntando
seguramente hubieran contestado con claridad y de la misma forma de los
sindicalistas, los medios de comunicación, la justicia y la iglesia. Los
políticos por ladrones, embusteros y corruptos. Los sindicatos por estar
vendidos a la patronal y financiados por los gobiernos. Los medios de
comunicación por estar politizados y hacernos ver un espléndido día azul en una
noche tormentosa. La justicia no solo por tener los ojos vendados, también
deben tener los oídos taponados. Y de la iglesia… qué decir que no sepamos, ahí
está. No unida al poder sino integrada en él.
Esta pandilla de políticos fracasados no
conocen otro sistema para rebajar el déficit que recortar derechos, sueldos y
pensiones de los pequeños contribuyentes, sin embargo no tocan su propio salario,
ni aplican los impuestos que pagamos los trabajadores a los que más dinero
tienen. Éstos gobernantes lo mismo que los anteriores, que se auto proclamaban de
“izquierdas” haciendo políticas de “derechas”, reman en la misma dirección.
Les importa un comino que los españoles estén mendigando por un pedazo de pan y
un techo donde cobijarse. No les importamos nada, mientras ellos se llenan los
bolsillos con la “calderilla” que les
sobra a los banqueros. Los políticos, como los catalanes, solo atienden al
sonido del dinero. Pero eso sí. A la
iglesia “que no les falte de ná”. En los presupuestos para el próximo
año, el Estado les entregará mensualmente la santísima cantidad de 13’2 millones de euros. En la antigüedad
sacrificaban una cabra para complacer a Dios, pero como los tiempos cambian y
Dios debe tener muchos gastos, nuestro sacrificio debe ser mayor.
¡Si
Jesús levantara la cabeza…!
Con mucho que nos lo quieran vender,
estos presupuestos que apenas alcanzan para pagar sueldos y subvenciones, será
difícil incentivar el empleo y que España vuelva a funcionar como antes.
Seguiremos acongojados viendo la degradación de un país que un día llegó a ser
algo y hoy es poco menos que nada.
Sin comentarios… Miguel
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