martes, 6 de agosto de 2013

DE ESTO POCO SE HA ESCRITO


Buscando información relacionada con el accidente del tren Alvia en Santiago, he hallado un artículo en el diario gallego “El Faro de Vigo” cuyo contenido me ha dejado perplejo. Después de leer el párrafo, comprendo que no haya tenido la difusión que merece, aunque me consta que en Galicia es corriente que las noticias que no interesan políticamente no salgan de Galicia. Este es el motivo por el cual quiero darla a conocer.
Se trata de una carta publicada por este diario. Una expresiva carta firmada por la madre de Carolina Besada, una muchacha de 18 años que este fatal accidente segó su vida apenas empezaba a vivirla.
Este escrito, es un desgarrado reproche hacia las autoridades a quienes acusa de falta de  información, y que fueran a Santiago por obligación y salir en los medios de comunicación.
El escrito empieza reconociendo a todas las personas que ayudaron a los heridos en aquellos duros momentos, lo hace con respeto, gratitud, besos y abrazos, y termina dedicando una dura reprimenda a “… los que se creen importantes y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes, para “hacerse ver”, cuando llevábamos doce horas de angustia, sin saber si podríamos abrazar a los nuestros. También al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso pésame porque su cargo o su partido se lo exigían. A los que cedieron a las presiones “de arriba” y nos torturaron prometiendo una información que luego no nos daban. A los que prefirieron “recortar” vidas a tener que renunciar a su coche oficial. Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón”.
Termina la carta con esta conmovedora despedida:
“Va por ti, mi niña.”
No pudimos ver por los informativos nacionales, al menos yo no lo vi, cuando el padre y la hermana menor de Carolina, indignados por tener que esperar largo tiempo la llegada de los príncipes para empezar la ceremonia del funeral en la catedral de Santiago, les negaron firmemente el saludo. … si fueron porque de verdad estuviesen conmocionados, lo entendería, pero no. Van por obligación y por la foto, es así.”
Esta apasionante carta, escrita por una madre angustiada, es una muestra del desprecio que sentimos la mayoría la sociedad por algunas instituciones contaminadas por la inquietante actitud política que, con sus lamentables decisiones, han creado este estado de sentimiento y rabia generalizada.
Por si no teníamos suficiente, el diario “La Voz de Galicia” denuncia que hubo varias “deficiencias” en la atención sanitaria a los heridos, y acusa al servicio gallego de salud de llegar al lugar de la tragedia transcurridos los primeros cincuenta y cinco minutos; de no existir ningún centro de coordinación y la pésima actuación del operativo de emergencia, de no disponer de un hospital de campaña para los primeros auxilios, y desviar heridos a clínicas privadas cuando el hospital de Conxo, el más cercano al lugar de la tragedia, estaba preparado para recibirles y sus trabajadores dispuestos a prestar su servicio desde el primer instante. Aquí no acaba el desatino, según este mismo diario, en el Hospital Universitario eran los residentes de primer año quienes atendían a los pacientes críticos. Sería para ahorrar personal.
Mientras los fallecidos eran trasladados a un mortuorio improvisado, las personas lesionadas soportaban sus heridas, y sus familiares sollozaban sin consuelo, los responsables políticos alardeaban  ante las cámaras de lo bien controlada que tenían la situación, y como suelen hacer, ahora niegan con simulada actitud ofendida que se hayan producido estos lamentables “incidentes”.
Esta es una de las ocasiones, en que el silencio de los ciudadanos es más elocuente que las palabras de los políticos.

Saludos de Miguel



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