sábado, 3 de agosto de 2013

LA TRAGEDIA DE SANTIAGO


Estos días todos los medios de comunicación no hablan de otra cosa que no sea del triste accidente ferroviario en Santiago de Compostela. Hablan, escriben, rebuscan las imágenes más brutales y conmovedoras para mostrarlas, y después rivalizan para conocer cuál de ellos ha tenido más audiencia. Estos señores entienden que vende más la imagen de un bombero con una niña en los brazos, que el muchacho que realmente sacó esa niña del tren, la cuidó y la consoló hasta que mucho más tarde llegó el bombero a llevarse los honores. (Y conste que no quiero quitar ningún mérito al bombero que sin querer le hicieron popular). Es lamentable que los medios de comunicación prefieran cambiar una sencilla y emocionante información por una posición privilegiada.
Después entran en liza los intereses económicos de las firmas interesadas que señalaron directamente al conductor para endilgarle la autoría del desastre mucho antes de que realizaran las comprobaciones oportunas los expertos especialmente cualificados y verificadas por jueces imparciales, ya que Fomento y RENFE en este caso, también tendrán algo que decir y mucho que esconder, hay que reconocer que se juegan no sólo su prestigio y muchos millones de euros, también su excelente posición en el mercado de construcción y la seguridad de las vías de alta velocidad quedarían en entredicho. Por lo tanto ha sido muy conveniente para ellos, haber encontrado un presunto culpable que si no lo es del todo, ellos harán que lo sea. La cuestión es que muchas víctimas de esta tragedia no podrán contarlo, ni las familias jamás lo podrán olvidar.
Los medios de comunicación nos informaron que el maquinista había declarado haber sufrido un “despiste puntual” que le mantuvo momentáneamente desorientado, (la llamada del interventor). No obstante, el presidente de Adif reconoció ante esos mismos medios que este accidente podía haberse evitado de haber puesto en funcionamiento el sistema avanzado de seguridad ERTMS que utilizan los trenes de alta velocidad. Posiblemente será causa y efecto que RENFE también haya sido víctima de los recortes presupuestarios, porque precisamente este sistema no estaba activado desde Orense a Santiago para los trenes Alvia, siendo como es el tramo más dificultoso de la línea, ya que trascurre en un 57% del trayecto, (87 km.) entre 31 túneles y 38 viaductos. En todo caso parece muy extraño que un tren considerado de “alta velocidad” no dispusiera de un sistema de frenado automático medianamente fiable, y deje en un solo conductor toda la responsabilidad. Aquí hay algo incoherente ¿verdad? Esperemos que al menos esta vez quieran decirnos toda la verdad sobre la información almacenada en las “cajas negras” del tren siniestrado, en vez de contarnos lo que a ellos les interese que debamos saber.
Quisiera hacer llegar mi más sentido pésame a los familiares de las víctimas de esta horrorosa tragedia que nunca debió suceder.
Un afectuoso abrazo a todos ellos.

Miguel




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