Estos días todos los medios de comunicación no
hablan de otra cosa que no sea del triste accidente ferroviario en Santiago de
Compostela. Hablan, escriben, rebuscan las imágenes más brutales y conmovedoras
para mostrarlas, y después rivalizan para conocer cuál de ellos ha tenido más
audiencia. Estos señores entienden que vende más la imagen de un bombero con
una niña en los brazos, que el muchacho que realmente sacó esa niña del tren,
la cuidó y la consoló hasta que mucho más tarde llegó el bombero a llevarse los
honores. (Y conste que no quiero quitar
ningún mérito al bombero que sin querer le hicieron popular). Es lamentable
que los medios de comunicación prefieran cambiar una sencilla y emocionante información
por una posición privilegiada.
Después
entran en liza los intereses económicos de las firmas interesadas que señalaron
directamente al conductor para endilgarle la autoría del desastre mucho antes de que realizaran las comprobaciones oportunas los expertos especialmente cualificados y verificadas por jueces imparciales, ya que Fomento
y RENFE en este caso, también tendrán algo que decir y mucho que esconder, hay
que reconocer que se juegan no sólo su prestigio y muchos millones de euros, también su
excelente posición en el mercado de construcción y la seguridad de las vías de
alta velocidad quedarían en entredicho. Por lo tanto ha sido muy conveniente para ellos, haber
encontrado un presunto culpable que si no lo es del todo, ellos harán que lo
sea. La cuestión es que muchas víctimas de esta tragedia no podrán contarlo, ni
las familias jamás lo podrán olvidar.
Los
medios de comunicación nos informaron que el maquinista había declarado haber
sufrido un “despiste puntual” que le
mantuvo momentáneamente desorientado, (la llamada del interventor). No
obstante, el presidente de Adif
reconoció ante esos mismos medios que este accidente podía haberse evitado de haber
puesto en funcionamiento el sistema avanzado de seguridad ERTMS que utilizan
los trenes de alta velocidad. Posiblemente será causa y efecto que RENFE
también haya sido víctima de los recortes presupuestarios, porque precisamente este sistema no estaba
activado desde Orense a Santiago para los trenes Alvia, siendo como es el
tramo más dificultoso de la línea, ya que trascurre en un 57% del trayecto,
(87 km.) entre 31 túneles y 38 viaductos. En todo caso parece muy extraño que
un tren considerado de “alta velocidad” no dispusiera de un sistema de frenado
automático medianamente fiable, y deje en un solo conductor toda la
responsabilidad. Aquí hay algo incoherente ¿verdad? Esperemos que al menos esta
vez quieran decirnos toda la verdad sobre la información almacenada en las
“cajas negras” del tren siniestrado, en vez de contarnos lo que a ellos les
interese que debamos saber.
Quisiera
hacer llegar mi más sentido pésame a los familiares de las víctimas de esta
horrorosa tragedia que nunca debió suceder.
Un
afectuoso abrazo a todos ellos.
Miguel
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